No detestaba a Hannibal Lecter, al menos no en este preciso momento, si no que, detestaba el hecho de saberse vigilado por aquel psiquiatra. Tal vez si Jack no le hubiera prácticamente a ir, Will hubiera ido por voluntad propia.
Sus citas al psiquiatra serían dos veces a la semana, y aquí estaba, en su segunda cita con Hannibal Lecter.
Había hablado con Jack, pero simplemente obtuvo de nuevo la misma respuesta, estaba obligado a ir, o si no, sería despedido.
Suspira resignado al escuchar a la asistente de Hannibal Lecter decir su nombre, indicándole cómo la vez pasada, que era su turno.
Tras escuchar el "adelante" y abrir la puerta, se encontró con aquella sonrisa, que a pesar de haber aparecido tan solo un instante, pudo ver su naturaleza arrogante.
Posiblemente la sonrisa hiba dirigida al cuaderno en el que escribía, ya que al levantar la mirada para verle, volvió a su inexpresividad para ver el reloj en su muñeca.¿?- Me sorprende que haya llegado, agente William.
- Preferiría que me llamara Will.
Está claro que lo dijo por qué siempre le había considerado más cómodo que le llamaran por la acortación de su nombre, pero esa petición que le había hecho el agente le hizo sentir una extraña satisfacción.
Cuando faltaban tan solo un par de minutos para terminar la sesión, la secretaria de Hannibal tocó a la puerta antes de entrar.
- ¿Qué sucede señorita Du Maurier?
- Disculpe doctor Lecter, lamento interrumpir su sesión, pero el agente Jack quiere hablar con usted.
Hannibal asiente levemente con la cabeza, y la mujer salió del después de despedirse cortésmente.
- Creo que es hora de irme.- Anunció Will.
Will y Hannibal se levantaron al mismo tiempo, pero Will se detuvo al apretar la manija de la puerta, y habló sin darse la vuelta.
- ¿Acaba de olerme?
- Me es imposible no hacerlo.- Hannibal arrugó su entrecejo.- Tiene un olor bastante peculiar. A agua de río y bosque, pero ese aftershave que usa huele un poco rancio a colonia barata o a un barco dentro de una botella, le recomendaría comprarse otro mejor.
Viniendo del doctor Hannibal Lecter, Will no sabía si podía considerar eso cómo un cumplido, o tal vez debería catalogarlo más cómo un insulto, por suerte no tuvo que decidir cual de las dos era la correcta. Hannibal abrió la puerta y le dejó pasar primero.
Will se despidió, y se fue a su casa, a wolf trap. Había sido un día bastante agotador.
🥀
Will se despertó a las tres de la madrugada, con la respiración entre cortada, y el cuerpo empapado en sudor. Había sufrido de otra de sus ya recurrentes pesadillas.
Se levantó descalzo y camino a oscuras hasta la cocina, necesitaba con urgencia un vaso de agua, estaba sediento.
Se bebió el agua de un solo trago, y al hacerlo se sintió algo mareado, por lo que decidió que dormiría en su sillón y no en su suave y cómoda cama, de lo cual seguramente se arrepentiría al día siguiente.
A la mañana siguiente efectivamente y tal cómo había previsto, se arrepentía de haber dormido en el sillón, pero no por las razones que esperaba, si no por qué al abrir los ojos, lo primero que vió fue la silueta de un hombre en su cocina, creyó haber visto mal, ya que no era la primera vez que su mente lo engañaba, así que intentó levantarse, pero había algo pesado sobre su estómago que no lo dejaba, era su perro Winston, que ladró al ver a su dueño despierto, lo que acabó por espantarle el sueño.
- Buenos días, William.- Dijo Hannibal sin voltearlo a ver, se encontraba bastante ocupado cortando verduras, verduras que Will no recordaba tener en su refrigerador, que era donde guardaba toda su despensa.
- ¿Qué está haciendo en mi casa?
- ¿No lo recuerdas William? - Hannibal se acercó hasta el sillón donde estaba Will.
- Will, ya se lo dije.- Se sentó en cuanto víó a Hannibal acercarse.- ¿Recordar qué?
- Esta mañana hablamos por teléfono, Will. Dijiste que no habías desayunado, así que me ofrecí para venir a tu casa, aceptaste. Will no lo recuerdas, ¿Verdad?
A pesar de que tenía la clara intención querer de ser una pregunta, Will pudo darse cuenta de que el doctor ya había sacado sus propias conclusiones, las cuales eran todas correctas.
- No es verdad.
- Lo es, Will.
Se quedaron mirándose fijamente por un largo rato. Pero por más que el agente lo intentó, no encontró nerviosismo o algo que fuera capaz de delatar aquella mentira, sólo había inexpresividad en los ojos del doctor. Decidió apartar la vista tan pronto cayó en cuenta de que estaba mirándolo a los ojos.
- Será mejor desayunar antes de que se enfríe.- Hannibal rompió el silencio que se había formado entre ambos.
Antes de que Will pudiera si protestar, su estómago gruñó, delatando su apetito.
- Ya que te haz molestado en hacer el desayuno, supongo que no tengo opción.
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@fatalylover
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Devoraré Tu Alma
FanfictionTocó a la puerta, esperó el "Adelante" para poder entrar, y al obtenerlo entró rápidamente. - Agente Graham.- Dijo Hannibal a modo de saludo. - Doctor Lecter. Will se tomó un tiempo para analizar al hombre sentado detrás del escritorio. Era...