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Iba caminando por la escuela dirigiéndome al club de futbol, los momentos de ayer en la torre Inazuma inundaban mi mente constantemente. Desde que Madeline se marchó no había vuelto a allí y volver a aquel sitio con Mark la verdad que había sido de gran ayuda para afrontar todo lo que estaba pasando.

- Todos nosotros estamos encantados de tenerte como gerente y amiga por supuesto...

Amiga... Pocas veces las personas me habían considerado su amiga, eso era más de Nelly, yo simplemente era la hermana gemela rara y callada. Solo estaba junto a Madeline y desde que ella se fue a Europa, las miradas curiosas y de repugnancia habían vuelto. Por eso cuando Mark alegó que todos ya me consideraban su amiga me sentí un poco querida.

- ¡Natalie! - La voz de Silvia hizo que me parara para esperarla - Te llevamos siguiendo y llamando un buen rato - Sentí mis mejillas rojas - ¿En que estabas pensando que te tenía tan metida en tu mundo?

- N-No nada, nada - Agaché la cabeza con vergüenza - Vais al club, ¿verdad? - Dios, claro que sí que iban al club al igual que tú. Idiota, idiota... -

- ¡Claro! ¿Por qué no vamos ya las tres juntas? - Gire mi vista hacia Celia que me sonreía mostrando sus alineados dientes -

- ¡Si, vamos! - No llegue a contestar cuando ambas me agarraron cada una de un brazo comenzando la marcha hacia la caseta del club de fútbol. -

El camino fue rápido ya que no estábamos tan lejos de la caseta como nosotras pensábamos. Al llegar desde afuera pudimos oír la voz de Kevin, pero no con total claridad, antes de poder decir o hacer nada Silvia abrió la puerta de la cabaña plantándose dentro de ella con total seguridad y naturalidad;

- ¿Se puede pasar?

- Eh, tenéis que ver esto - Esta vez Celia se asomó por la puerta enseñando el CD que anteriormente nos había enseñado a Silvia y a mí. Gracias a este movimiento tuve la fuerza de asomarme también desde la puerta justo para ver como Kevin soltaba, de no muy buenas formas, a Axel Blaze. -

Una vez dentro las chicas y yo colocamos el ordenador para enseñar lo que contenía el CD, cuando pasé por al lado de Mark este me recibió con su gran sonrisa, gesto que hizo rápidamente colorear mis mejillas de un tono carmesí.

Una vez insertado el CD, el equipo miraba atentamente lo que se mostraba en la pantalla. Un video de un partido de nuestro próximo rival, el Occult.

- Eh... Pero, ¿oye qué les pasa? ¿Por qué no se mueven? - La vista de Mark estaba totalmente fija en el video, observando como efectivamente los jugadores del equipo rival estaban totalmente detenidos, como si algo o alguien hiciese que no se pudieran mover. -

- A lo mejor... Es que no se pueden mover - Mi voz sonó débil y sin volumen, pero, aun así, varios de los chicos y ambas chicas se giraron a mi prestándome atención - D-Digo... Es solo una idea... - Al darme cuenta que mi voz tembló agache la cabeza poniéndome roja, ojalá esto no me pasara... -

- No, no, tiene sentido - Esta vez Celia tenía la atención de los demás - Dicen que el Occult echa el mal de ojo a sus rivales. - Sus manos se juntaron a su cuerpo y su expresión se volvió temerosa -

Yo no creía en absoluto eso del mal de ojo tenía que haber algún truco o cualquier otra cosa que explicara lo que les estaba pasando a esos chicos. Y mañana lo averiguaría, estaba segura.

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Era el día del partido, estaba nerviosa y la verdad no entendía por qué. No era yo la que se iba a estar enfrentando a esos chicos que se supone que te echaban un mal de ojo. Simplemente iba a estar en el banquillo ayudando a las dos otras chicas y a los chicos cuando estos necesitaran agua o cualquier otra cosa.

ᴊᴜɢᴜᴇᴍᴏs ᴀʟ ғᴜᴛʙᴀʟʟ ᵐᵃʳᵏ ᵉᵛᵃⁿˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora