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Una vez más, ____ observaba cómo Izuku hablaba alegremente con su grupo de amigos. Sentía un revoltijo en su estómago y su corazón latía con la intensidad de una máquina.
Estaba profundamente enamorado de ese chico pecoso desde el día en que lo vio en la entrada de la UA; su corazón se desató en una locura que no podía controlar. Era lo que comúnmente se conoce como "amor a primera vista".
Sus amigos le aconsejaban que se acercara y hablara con él, pero su timidez lo paralizaba. ¿Qué pasaría si se acercaba y, de los nervios, vomitaba? ¿O si las palabras no salían cuando intentara hablar?
No podía arriesgarse a que eso, o algo peor, sucediera. Así que decidió admirarlo a la distancia, como si fuera el ave más hermosa jamás vista, que al más mínimo ruido pudiera salir volando asustada.
Recordaba el día en que chocó con el peli-verde en los pasillos; su cuerpo quedó estático al oírlo disculparse. Al ver lo rojo que se había puesto su rostro, Izuku le preguntó si se encontraba bien, pero él solo salió corriendo, dejando al chico pecoso confundido.
"Deja de mirarlo así, pareces un acosador." —dijo su amigo, interponiéndose frente a él para bloquear su vista. ____ desvió la mirada al suelo, cubriendo sus mejillas.—
"¡Cielos, amigo! Midoriya de verdad te tiene loco." —agregó un chico de cabello negro, golpeándole el hombro amistosamente y soltando una risa entre dientes.—
"¡Ya basta! Dejen al pobre tranquilo." —la única chica del grupo golpeó a los dos chicos en la cabeza y se acercó a ____, sentándose a su lado y colocando su mano en el hombro del (c/c) en un gesto de apoyo—. "No les hagas caso, solo están celosos."
( ... )
Finalmente, las clases llegaron a su fin. Agradecía que era viernes; podría descansar de la larga semana que había tenido. Al salir, notó cómo algunas gotas comenzaban a caer del cielo, empapando todo a su paso.
"¡Qué bueno que traje el paraguas! ¡Te quiero, mami!" —susurró ____ para sí mismo mientras sacaba su paraguas del bolso con una sonrisa.—
Al fijar bien la vista, notó que el peli-verde estaba bajo el techo, con los brazos cruzados sobre el pecho. Pudo escucharle murmurar que había olvidado su paraguas.
Estático en su lugar, dudó un momento entre acercarse al chico y ofrecerle su paraguas o salir corriendo como un cobarde.
La segunda opción parecía más atractiva.
Caminando lentamente, se posicionó a su lado y extendió su paraguas. El pecoso miró la mano que sostenía el paraguas y luego el rostro de _____. Este último tenía las mejillas sonrojadas y una pequeña sonrisa en los labios, lo que a Izuku le pareció encantador.
"G-gracias." —murmuró en voz baja, tomando el paraguas entre sus manos y rozando las suyas con las del contrario.—
El (c/c) se sonrojó aún más al sentir un chispazo en el momento en que sus manos se tocaron. Hizo una pequeña reverencia y se dio la vuelta para salir corriendo, tropezándose en el acto.
Izuku rió suavemente al ver cómo el chico se caía, pero esa risa se transformó en preocupación al recordar que estaba lloviendo y que el más alto se había ido corriendo bajo la lluvia.
____ corría rápidamente, con una enorme sonrisa en su rostro; su corazón estaba a punto de salirse de su pecho. No sabía de dónde había sacado el valor para ofrecerle el paraguas al pecoso, pero se sentía feliz de haberlo hecho.
