capitulo 15

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JUNGKOOK:

-¿Por qué estás intentando huir de mí? -Debería dejar que apartará
pero mi cuerpo no me lo permitirá.
-No lo sé. -Se encoge de hombros y aparta la mirada, pero no me lo creo.
-¿Crees que no te deseo? -Le toco la barbilla y lo obligo a enfrentarme.
Hay algunas ventajas siendo mayor, y eso significa menos tiempo para
suposiciones. Tal vez si fuese más joven fingiría tranquilidad y me tomaría mi
tiempo, pero he estado alrededor el tiempo suficiente para saber qué quiero
cuando lo veo. Jimin puede no ser lo que debería desear, pero no tengo control
sobre eso. Estoy muy seguro que no lo vi acercarse, así que, ¿cómo podía haberlo detenidos?

-Estoy preocupado que estés buscando alguna razón para escapar. -Sus
emociones son tan puras que cuando lo dice, en el fondo del corazón sé que es
cierto.
-Nah, simplemente no estoy preparado para que te levantes. -Paso las
manos por su espalda y alrededor de su trasero-. Tengo que ir a terminar tu
cocina, pero no quiero que salgas apresuradamente de aquí por lo que acaba de suceder
Por el sonrojo en sus mejillas puedo ver qué estaba pensando.
-Dijiste que era solo una vez, así que no sé si tal vez se sintió como algo
que tuvieses que hacer.
Mi risa retumba en mi pecho, y por un segundo frunce el ceño y consigue ese lindo arruga entre sus ojos.
-No hago nada que no quiera. Y si pudiese, lo haría una y otra vez.
-¿Por qué no puedes? -Hace un pequeño puchero y lo siento
balancearse de nuevo contra mí.
-Maldición, Jimin. -Apoyo la cabeza en el sofá mientras intento
mantenerme bajo control. Mueve las caderas de nuevo y sé que tengo que detener
esto-. ¿No puedes simplemente tomarlo por lo que fue? Me necesitabas y te ayude. Pero no quiero que te veas involucrado con alguien como yo.
Desliza las manos por mi amplio pecho y lo siento detenerse sobre mis duros pezones
-¿Por qué no querría involucrarme con alguien como tú?
-Soy lo suficientemente mayor para ser tu papi. -En cuanto las palabras
salen de mi boca desearía poder retirarlas. El sonido de ellas en mi boca es
jodidamente bueno y no quiero ceder.
-No tendría que ser así. -Es como si me estuviese leyendo la mente-.
Pero no hago cosas así, nunca. -Se sonroja de nuevo ante la mención de lo que
hicimos en la cocina-. Y quería que supieses que me gustó, y también querría
repetirlo si lo hicieses.
Su cabello está revuelto las pecas sobre su cuello
y clavícula. Quiero besar cada una de ellas y tomarme mi tiempo memorizando
sus patrones, pero no es correcto. Si es tan inocente como creo que es, entonces
no merece tener que cargar con alguien como yo.
-Sería afortunado de llamarte mío -aseguro mientras estiro la mano
paso el pulgar sobre sus suaves labios hinchados que están suplicando ser
besados-. Pero ahora mismo, no podemos.
Aparta la mirada de la mía, y odio haberle causado algún tipo de dolor.
Lo alejo de mí y me levanto del sofá. Sus pies tocan el suelo y se lleva las manos
al estómago mientras se aparta de mí. Suspiro cuando se gira, se dirige a su
dormitorio y cierra la puerta. Quiero correr tras el, pero esto es lo mejor. Ni
siquiera debería haberlo tocado para empezar. No solo porque merece más, sino
porque ahora sé qué me estoy perdiendo y me destroza por dentro.
Decido poner mis preocupaciones en el trabajo y voy a la cocina. Me paso
una mano por el rostro y suspiro audiblemente antes de mantenerme ocupado.
Esta es la única forma que sé cómo arreglármelas cuando se refiere a este tipo de
dolor. Tengo que trabajar para acallar todas las voces en mi interior gritando que
corra tras el y me saque la cabeza del trasero. Me duele el pecho mientras
desmonto su armario y quito las placas de yeso. Ni siquiera puedo pensar en qué
le está haciendo a mi polla este nivel de excitación, pero esa es la menor de mis
preocupaciones. La mirada triste en sus ojos mientras se alejaba de mí es
suficiente para perseguirme en mis sueños por la eternidad.
¿Por qué tuve que responder a la llamada esa noche? ¿Por qué tuve que
entrar aquí y verlo? ¿Por qué tiene que ser tan jodidamente hermoso? Esas son
preguntas que me pasan constantemente por la mente mientras me muevo y
sudo. Luego la pregunta que tengo miedo de hacer aparece y no se irá. ¿Y si cedo?
Es demasiado grande dentro de mí y siento como si pudiese partirme en
dos. No puedo creer que, tras criar a adolescentes, esto vaya a ser lo que me mate.
Pasan las horas y no dejo de trabajar. La ventaja es que he completado en
un día de trabajo lo que normalmente llevaría una semana. Si fuese inteligente,
lo habría drenado, pero estaba demasiado centrado en no pensar en lo que siento,
pero no funcionó. En cuanto me levanto uso el fondo de mi camisa para secarme

el sudor del rostro...

""DEMACIADO DURO "...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora