Capitulo 1

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Novela Nueva y Gratis.
Capítulo 1. Vendida al Duque
—¡Deja de comer! –exclamó Marlina, y una bofetada llegó a mi rostro. Bajé la cabeza, y las lágrimas frustradas se acumularon en mis ojos. Mi mandíbula, se tensó. Al levantar la barbilla, pude verla con una sonrisa burlona. (Propiedad de Gisel Dominguez)
—Yo… no he comido nada en dos días –dije en un murmullo tembloroso. Ella sonrió, colocando sus manos sobre sus caderas. Sus ojos verdes, me observaron con molestia.
—¿Y? Tienes que estar delgada para tu prometido, hija mía –comentó y mis puños sintieron el filo de mis uñas clavándose sobre mi carne. La observé rápidamente, mi pulso siendo acelerado.  (Propiedad de Gisel Dominguez)
—No soy tu hija –espeté con odio. Ella, me había arrebatado todo. No permitiría que también se robe el título que no le correspondía.
—¡Ya llegó el Duque! –comentó una doncella. Marlina, me observó con una mueca antes de desaparecer de mi vista. Las puertas se abrieron, no conocía a mi prometido. No tenía idea, cuál sería su rostro. (Propiedad de Gisel Dominguez)
Sin embargo, cuando aquellos ojos grises me contemplaron, me quedé de piedra. Era hermoso. Y ese calificativo, le quedaba corto. Su piel irradiaba belleza en cada poro, blanca como la nieve. Su cabello oscuro, con algunas hebras doradas, le daba un aspecto místico.
Cuando se detuvo frente de mí. Me puse de pie, bajé el rostro.
—Buen día alteza –comenté y él asintió.
—Buen día señorita. Supongo… que su belleza era real –comentó y mis ojos azules lo observaron. –Es un placer conocerla. (Propiedad de Gisel Dominguez)
—Igualmente alteza –respondí y él, asintió.
Caminamos en silencio, detrás nuestro, mi caravina se encontraba manteniendo una distancia prudencial. Mis ojos se encontraron a la distancia con Marlina, me observaba con fiereza, supuse que buscando algún signo que me escaparía.
Porque vaya que lo haría, sino fuera… Cerré mis ojos, pero seguí avanzando. (Propiedad de Gisel Dominguez)
—¿Se encuentra bien? –preguntó su voz aterciopelada y mis ojos se encontraron con los suyos. Asentí, para seguir caminando juntos a la par. Me subí a la calesa con su ayuda, y mi dama de compañía se situó frente nuestro.
Mordí mis labios, sentía nervios. E intentaba buscar las palabras, pero nada llegaba. Estaba cohibida debido a la impresión de la primera vez ¿Qué tal si no le agradaba y… debía casarme con un anciano? Negué con la cabeza. (Propiedad de Gisel Dominguez)
—Usted… es muy atractivo Lord –dije sin rodeos y me observó con sorpresa.
—Vaya… gracias señorita. Debo confesar que dudaba de las palabras de mi madre, usted… verdaderamente es mucho mas hermosa en persona señorita –comentó y sonreí.
—Me alegra saberlo.
—Incluso tiene todos sus dientes –señaló y me reí.
—Supongo que eso es un plus –comenté divertida y él, asintió. Dimos una vuelta luego en silencio, aunque no era uno incómodo. Pronto llegamos a la casa, y él, dejó un beso sobre mi mano enguantada.
—Un placer señorita Katherine –comentó y sonreí con las mejillas sonrojadas.
Al llegar al interior, fui acechada por Marlina. Me observó con furia, y sus manos rodearon mi cuello ejerciendo presión —¡Si lo arruinas te casaré con un asqueroso viejo! –gritó y asentí temblorosa. Me soltó, y se marchó. (Propiedad de Gisel Dominguez)
Suspiré de alivio, mis manos estaban sobre mi agrietado corazón. Con los ojos cristalinos, me giré hacia mi habitación. Y sonreí, quizás no sería tan malo este matrimonio, después de todo.
A la mañana siguiente, un fuerte golpe en mi mejilla, me despertó. Asustada y algo confundida, me levanté de golpe intentando entender que ocurría. Poco a poco, mi campo visual me mostró a Merlina furiosa. (Propiedad de Gisel Dominguez)
—¿Pasa algo…? –quise saber, pero me tomó del cabello arrastrándome hacia nuestro calabozo. Me arrojó de un empujón sin tapujos, y sacó su largo cinturón que había visto más veces de las deseadas —¿Qué pasa? –pregunté aterrada.
—Él… él Duque no ha enviado carta ¡No le agradaste estúpida! –gritó y me dio el primer latigazo.

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