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Era una noche tranquila, y la casa estaba en completo silencio. Acababa de salir de un baño caliente, envuelta en mi bata favorita, disfrutando del aroma relajante del jabón que aún se sentía en mi piel. La luna iluminaba suavemente la sala a través de las cortinas, y estaba lista para acurrucarme en el sofá con una taza de té cuando el timbre de la puerta sonó de repente, rompiendo la calma de la noche.

Me detuve por un momento, sorprendida. No esperaba visitas, y mi corazón comenzó a latir un poco más rápido. Me acerqué a la ventana con cuidado y, al asomarme, vi a Nata de pie en la puerta, vestido de manera elegante, como si acabara de salir de un evento importante. En sus manos sostenía un ramo de flores, con una tarjeta asomando entre los pétalos. Mi sorpresa se convirtió en una mezcla de emoción y alivio al verlo ahí.

Abrí la puerta, y su rostro se iluminó con una sonrisa al verme. "Hola, mi amor," dijo suavemente, su voz un susurro en la quietud de la noche. Sus ojos recorrieron mi figura, notando que aún estaba en bata. "¿Te interrumpo?" preguntó con un tono travieso, pero sus ojos delataban cuánto me había echado de menos.

"Nada de eso," respondí con una sonrisa, sintiendo una calidez repentina en mi pecho. "¿Qué haces aquí, tan elegante y con flores?"

"Te extrañé," confesó mientras me entregaba el ramo. "He estado tan ocupado con el álbum que me di cuenta de que no te veía desde hace días, y no podía esperar más."

Tomé las flores y aspiré su aroma fresco, sintiendo una oleada de felicidad. "Son hermosas, Nata. Gracias," dije, sintiendo una sonrisa que no podía contener.

"Y hay más," añadió, señalando la tarjeta. "Pero tienes que leerla primero."

Abrí la tarjeta y leí las palabras escritas con su letra inconfundible: "Porque ninguna distancia ni tiempo es suficiente para hacer que deje de pensarte. Hoy, más que nunca, quiero recordarte cuánto te amo. Prepárate, porque esta noche es solo nuestra."

Mis ojos se llenaron de emoción mientras lo miraba, y Nata, con su habitual picardía, me tomó de la mano y dijo: "¿Me dejas pasar o tendré que convencerte aquí afuera?"

Reí y lo dejé entrar. "¿Y para qué estás tan elegante?" pregunté mientras cerraba la puerta detrás de él.

Nata me miró con una sonrisa juguetona. "Porque esta noche quiero hacerte sentir especial," respondió. "Vamos a cenar aquí mismo, en casa, pero como si estuviéramos en el restaurante más lujoso de la ciudad. Traje tu comida favorita."

Me llevó hacia la mesa del comedor, donde había colocado una caja de comida deliciosa que había recogido en el camino. Encendió un par de velas que había sacado de su chaqueta, y la luz suave de las velas creó un ambiente íntimo y romántico. "Para mí, no hay nada más elegante que pasar tiempo contigo," dijo, sirviendo la comida con una dedicación casi ceremonial.

Pasamos la noche cenando y riendo, compartiendo historias y poniéndonos al día. Nata hablaba de las nuevas canciones en las que estaba trabajando, y yo le contaba de mi día, de los pequeños detalles que habían pasado mientras él estaba ocupado. En algún momento, se levantó y me invitó a bailar, aunque no había música. "Vamos, tú y yo no necesitamos más que esto," dijo, sosteniendo mi cintura y acercándome a él.

Nos movimos lentamente, nuestros cuerpos en sintonía perfecta, bailando al ritmo de nuestro propio latido. Sentía su respiración contra mi cuello, sus manos en mi espalda, y me di cuenta de cuánto lo había echado de menos. "Gracias por esto," le susurré. "Gracias por hacerme sentir tan especial, incluso en los momentos más simples."

Nata me miró con ternura. "No hay nada más especial para mí que tú, mi amor."

La noche avanzó, llena de besos, caricias, y promesas de amor eterno. Y al final, cuando estábamos tumbados en el sofá, abrazados bajo una manta, supe que no importaba cuánto trabajo o cuántas responsabilidades tuviéramos; siempre encontraríamos la manera de volver el uno al otro, de recordar lo que realmente importa: el amor que compartimos.

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"Una cena especial a la luz de las velas 🌹✨🍝

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"Una cena especial a la luz de las velas 🌹✨🍝. Momentos que se disfrutan con vino, rosas y compañía perfecta.

𝐢𝐧 𝐚 𝐩𝐡𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐩𝐡 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora