1 Fiesta sorpresa

2 0 0
                                    

Ding dong- sonó la campana de la puerta al entrar a la cafetería.
Se oía a las personas hablar, mientras esperaba en la fila esperando a que me atendieran.
Rápidamente, la cola se desvaneció y solo quedaban un par de personas enfrente mío. Había tenido que venir a comprar a esta cafetería porque mi hermana me lo pidió, y tenía que volver lo antes posible ya que me esperaban en casa con una sorpresa; se piensan que no lo sé, pero sí, escuché a mamá hablar con mi hermana que me harían una fiesta de cumpleaños y que me mandarían a comprar a mí cafetería favorita para que les dé tiempo preparar todo sin que me dé cuenta. En realidad ni siquiera es mi cafetería favori-

-¡Manos arriba todo el mundo!- mis pensamientos cedieron, y mi cuerpo se puso en un estado de alerta, pese a que podría haber sido una broma, toda mi mente me indicó peligro.

Algunos se paralizaron como yo, otros gritaron, y otros temblaban. Mis ojos estaban abiertos y por un momento que se me hizo eterno no podía pensar en nada, como si no supiera hablar, como si ni siquiera me acordara de mi propio nombre ni que fuera una cafetería. Todo se esfumó de mi mente; aunque hubiera agradecido que siguiera así, ya que después de esos segundos toda mi mente comenzó a inundarse de preguntas.
¿Que voy a hacer si no puedo volver? Mi familia me espera en casa ¿Me va a pasar algo? ¿Y si matan  a alguien? ¿Y si me matan a mí…?
Tenía mucho miedo… mis lágrimas comenzaron a desprenderse de mis ojos, pero mi expresión no cambiaba, mi cuerpo no podía ni moverse pero mi voz interior estaba gritando.

Las 4 personas que entraron, con máscaras y cada uno con una pistola en la mano, se acercaron bruscamente al mostrador, y comenzaron a gritarle a la vendedora.

-Por favor... Se lo suplico... Tengo un hijo pequeño-dijo sollozando mientras hundía la cara lentamente en sus manos.

-¡Que saques el maldito dinero!- dijo otro de ellos acercándose agresivamente a la chica, apuntándole de cerca a su cabeza.
En fracciones de segundo, un chico de mediana edad que parecía estar muy en forma se lanzó hacia el tipo agresivo, lo tiró al suelo y rápidamente se levantó con él, y no sé cómo le había quitado su pistola y apuntó a la cabeza del delincuente.

-Cómo hagáis algo le pego un tiro en la cabeza.- Dijo jadeando un poco y adrenalina, pero seguro.

Por un momento, mi corazón se tranquilizó y me sentí segura, como de verdad las cosas podrían salir bien, que no nos iba a pasar nada, sentí el verdadero sentimiento que es tener a alguien que puede protegerte, como si fuéramos niños pequeños y sus padres son superhéroes que les puede salvar ante cualquier cosa. Ojalá no me hubiera hecho tantas esperanzas. Lo que vino después, me arruinó el corazón por completo. No sabía que podía existir un cambio tan repentino de emociones.

Aquí Abajo No Hay NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora