Capítulo 3

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Harry no pensaba en nada importante en realidad, había perdido la percepción del tiempo desde que se subió al gigantesco camión de Louis y apenas habían compartido unas palabras sarcásticas, sin embargo el alfa lo dejó en paz y Harry tuvo tiempo para relajarse.

"¿Quieres escuchar música?". Abrió apenas sus ojos, algo sobresaltado por la interrupción, asintió despacio y el alfa le dió una pequeña sonrisa mientras encendía la radio. "Solo déjame encontrar una estación, aquí no hay buena señal".

"Gracias". Suspiro con cansancio y después de unos minutos el sonido de la estática fue molestó. "Sabes, en realidad quisiera dormir un poco".

El alfa apagó la radio y con uno de sus brazos deslizó una cortina detrás de los asientos, Harry miró que hacía y descubrió un pequeño cuarto.

"Llegaremos en la tarde y aún faltan algunas horas, ¿Por qué no duermes ahí?".

Harry aspiro de manera disimulada, no olía a nadie más que el alfa y eso le alegro, al menos no hacía nada raro ahí con nadie, y no era que su asiento fuera incómodo, pero estaba tan cansado que le dió a su omega ese pequeño capricho.

"Me gustaría bastante".

"Cruza, te despertaré cuando encuentre un lugar para comer".

Fue incómodo cruzar esa puerta y saber que su cuerpo entero pasaría por los ojos de Louis, especialmente su parte trasera, pero al ya estar acostado reflexionó que no era importante, de todos modos su cuerpo no era el mismo de antes y si al alfa poco le importaba que alguien más durmiera en su cama, debía haber un poco de confianza entre ellos.

Cerró la cortina y se acomodo con la almohada que tenía ahí, sonrió ante la suavidad de las cobijas, muy diferentes a las del hotel, el aire fresco que llegaba a su cuerpo y el espacio que tenía, era más que suficiente y pudo dormir al menos unas horas.

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"Intercambie mi día de descanso la semana pasada para tener libre este día". El alfa frente suyo no parecía entender razones, y para Harry no era nada fácil perder otro empleó.

Las cosas después de su divorcio fueron muy duras, pero nada se comparó con las consecuencias, primero tenía días limitados para ver a sus hijos y no solo por las órdenes de la corte, al parecer, su esposo dejó de entregar el apoyo económico que le daban a su mamá y ahora ella dependía únicamente de su pensión, una baja muy significativa ahora que debía funcionar para dos personas, una de ellas sin haber trabajo en su vida y sin tener estudios, sin contactos después de haberse cerrado mucho a su hogar y con pequeños trabajos que le ayudaban a conseguir sus familiares.

El primero fue un alivio para Harry, trabajó ayudando a su tío en una pequeña librería, pero aunque el ambiente pudo calmarlo, la paga era muy poca, apenas venía uno o dos libros y tuvo que conseguir algo más, eso significó trabajos muy malos y con horarios extendidos que no le permitan estar al cine porciento con los niños.

Había pasado un año en esta situación, pero después de haber aguantado en un horrible restaurante de comida rápida, al fin llegaban las fechas de navidad y año nuevo, que no eran sus fechas favoritas, le recordaban a su fallido matrimonio, pero eran especiales por sus hijos, tenia los mejores recuerdos de ellos viajando, armando su árbol de navidad, la cena con su familia y como a veces Harry olvidaba que existian los demás, no había algo más importante que su familia.

Pero sus planes se vieron arruinados cuando recibió una llamada del abogado de su ex, dónde le avisaba que está navidad no podría ver a sus hijos ya que se irían de viaje.

Harry sufrió mucho esa noche, pero aún tenía la posibilidad de verlos en el aeropuerto antes de su vuelo, anticipo su día libre y no era su culpa que una de sus compañeras se enfermara por el mal clima, él debía irse.

Solo [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora