"Lo que no te dije" Sentimiento mediocre

MI PRIMER BESO

El 14 de agosto desperté con la ilusión de sentir mi primer beso con usted. Fui a misa para pedirle permiso a Jesús y que me perdonara por lo que iba a hacer. Incluso le pedí señales de si debía o no ir a su departamento, pero todo me dirigió sin problemas a su encuentro. ¿Eso es normal? Estaba indecisa, pero fui, como una tonta ilusionada (¿seré la única tonta?). No sabía cómo llegar, pero aun así fui. Mientras cruzaba la última cuadra de ese barrio, ya pensaba en regresarme, pero no... usted apareció. ¡¿Por qué apareció?! Todo hubiese sido más fácil si ya no me hubiera esperado.

Lo vi. Esta ciega vio a su príncipe azul parado en la otra punta de la cuadra. El sol fue testigo de nuestro único encuentro.

Al llegar a su departamento, traté de no sentir los nervios que ya traía conmigo, pero ahí estaban. Estar solos, los dos, mirándolo más de cerca, fue tan raro y diferente. Tenía todas las emociones juntas, pero curiosamente no estaba nerviosa. En el momento en que nos abrazamos, sentí una paz única, un alivio. Al sentir su olor, me desprendí de este mundo, como si hubiera viajado a otro universo. Se sintió tan bien. Su abrazo causó una gran conmoción en mi cuerpo y en mi alma. Fue algo nuevo, algo que nunca había sentido antes; mi cuerpo aceptó al suyo.

Y cuando su rostro se acercó al mío, en un pestañeo, sus labios ya estaban tocando los míos. Sus labios estaban dentro de los míos. Fue tan raro sentirlo, fue tan raro tocar sus hermosos labios, pero se sintió tan bien, tan especial, tan único. ¿Usted también lo sintió así? Sinceramente, no sabía ni cómo moverme, no sabía cómo besarlo, no sabía... Creo que me quedé estática por un segundo. Pero sus labios eran dulces, necesitaba más de sus besos. En ese momento, fue el sabor más dulce que pude haber sentido.

Nunca pensé que esos labios me volverían adicta. Cada vez que lo veo, necesito sentirlos. Cada vez que lo pienso, necesito sentirlos. ¿Por qué ahora me los niega? ¡¿Por qué?!