Chapter 10: Death reflection

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Radley se encontraba en su destartalado apartamento, sumido en el caos de su propia mente. Desde la muerte de Bandit, no había logrado dormir bien, atormentado por pesadillas que lo perseguían incluso en la vigilia. El teléfono en la mesa comenzó a sonar, rompiendo el silencio abrumador. Con un suspiro pesado, Radley levantó el auricular, apenas reconociendo el número de la planta petrolífera donde trabajaba.

"¿Radley? ¡¿Dónde demonios has estado?!" La voz furiosa de su jefe resonó en sus oídos, tan irritante como el zumbido persistente que sentía en la cabeza. "Llevas días sin aparecer en la planta. Tenemos un proyecto que no puede esperar, ¿y tú desapareces como si nada?"

Radley, con el rostro marcado por el agotamiento, apretó los dientes antes de responder. "He tenido un asunto urgente... Estaba buscando a mi hermano menor."

La otra línea quedó en silencio por un momento. Podía escuchar la respiración pesada de su jefe antes de que hablara de nuevo, esta vez con un tono ligeramente más suave. "Sí, vi el reportaje en las noticias. También vi lo del lago… las muertes."

Radley sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. El recuerdo de Bandit, ahogándose en el agua, le asaltó la mente, y no pudo evitar sentir un nudo de miedo apretarse en su estómago.

"Te daré unos meses para que te tomes un descanso," continuó su jefe, "Busca a tu hermano, pero necesito que regreses pronto. Este proyecto es importante."

"Lo... lo haré," respondió Radley, aunque la verdad era que no tenía intención de volver a la planta. Sabía exactamente dónde yacía la verdad, y estaba seguro de que el lago ocultaba algo mucho más siniestro que el cadáver de Bandit. Colgó el teléfono, su mente acelerada mientras los pensamientos oscuros lo envolvían.

Las sombras de la habitación parecían alargarse a medida que el día avanzaba hacia la noche. Radley se levantó, sus piernas temblorosas bajo el peso de la culpa y el miedo que llevaba consigo. Mientras caminaba por el pequeño pasillo hacia el baño, algo en el aire cambió. Sintió un escalofrío que no tenía nada que ver con la temperatura. Era una presencia, una que había estado acechándolo desde aquel día fatídico en el lago.

De repente, un susurro apenas audible resonó en sus oídos. Un susurro que no debería haber existido. "Radley..." la voz murmuró suavemente, tan cerca que casi podía sentir el aliento en su cuello. "Estoy aquí..."

El terror se apoderó de él, paralizando cada músculo de su cuerpo. El aire a su alrededor se volvió espeso, como si algo invisible estuviera presionando contra él, atrapándolo. Radley trató de moverse, de correr, pero sus piernas se negaban a responder. Su corazón latía con fuerza descontrolada, amenazando con romperse en su pecho. Sabía, en lo más profundo de su ser, que "él" estaba más cerca de lo que jamás había imaginado.

Forzando su cuerpo a moverse, Radley tropezó con la puerta del baño y se encerró en su interior, respirando entrecortadamente mientras trataba de convencerse de que estaba a salvo. Pero cuando levantó la vista hacia el espejo, su corazón se detuvo.

Allí, reflejado en el espejo, estaba Bandit. No era la versión de su hermano que recordaba, sino una abominación retorcida. Estaba encadenado, con la piel azul empapada y los ojos llenos de un odio insondable. Una mano cubierta de cicatrices ocultaba el ojo izquierdo herido, mientras que con la otra señalaba directamente a Radley. Una sonrisa maliciosa se extendió por el rostro de Bandit, una sonrisa que hablaba de venganza.

 Una sonrisa maliciosa se extendió por el rostro de Bandit, una sonrisa que hablaba de venganza

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(Art by: Fandelosjojosybluey)

Radley sintió un calor repentino correr por sus piernas. El miedo lo había sobrepasado, haciéndole perder el control de su propio cuerpo. Se orinó encima, sus rodillas cediendo mientras el pánico lo consumía por completo. El mundo se volvió negro y, antes de perder la conciencia, escuchó la voz de "él" una vez más, clara como el agua que lo rodeaba en sus pesadillas.

"¡¡Te haré jugar...a lo largo del tiempo conmigo, lo que queda de tu alma la romperé y la dare por liberada!!."

Esas palabras, llenas de una promesa aterradora, quedaron grabadas en su mente mientras caía al suelo, desmayado por el terror absoluto que lo envolvía. La oscuridad lo reclamó, pero la voz de "él" continuó resonando, asegurándole que esto era solo el comienzo. Y cuando Radley despertara, sabría que no había lugar en este mundo donde pudiera esconderse de su propio tormento.

"Still Cold Under the Shine of the Sun"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora