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Takemichi era el hijo de Keiske, el dios de la musica y la poesía; y tambien de la musa Chifuyu.

Takemichi era muy conocido por su habilidad en la musica, tocaba la lira, cautivaba a todo mundo, tanto a los seres humanos, como los animales, las plantas y hasta los ríos.
Todos querian escuchar sus bellas melodías.

Era un chico muy guapo y apuesto de cabellos azabaches ondulados, piel blanca y sus ojos azules cautivadores, casi todo lo había heredado de su madre Chifuyu y tan solo el cabello era algo similar al de su padre Baji.

Caminando por el bosque Takemichi se encontro con una ninfa de gran belleza, cabellos rubios que en manaba un olor a lavanda, piel blanca nívea que a simple vista  parecía tan suave, labios carnosos y perfectos.

Lo único que le faltaba mirar eran sus ojos, lo único que se le ocurrió a Takemichi para admirar esos bellos ojos fue llamar la atención de la ninfa.

-Hola bella dama, ¿Como se llama?- de forma caballerosa llamo a la pequeña ninfa rubia.

Al escuchar que Takemichi le estaba hablando a ella, alzo la mirada llena de curiosidad, ambas miradas conectaron y la piel de ambos se erizó.

-Hola, gracias por el alago, pero porque debería decirte mi nombre

La ninfa a pesar de parecer tierna y frágil, era una joven muy astuta y fuerte, no era ingenua.

-Quisiera conocerte, tu belleza me a cautivado

No estaba tan convencida la ninfa pero acepto decirle su nombre, se levanto del césped y limpio su vestido, estrecho la mano y dijo.

-Me llamo Manjirou pero puedes decirme Mikey, tu como te llamas

Mikey no lo podía negar el chico que estaba en frente de ella era tan guapo y ni se diga de esos ojos que la cautivaron desde que ambas miradas se chocaron.

-Me llamó Takemichi

Asi fue como empezó todo, con un simple "hola". Poco a poco la llama del amor se fue encendiendo entre ellos, hasta llegar amarse con locura, tan enamorados.

Ambos se amaban demasiado que aceptaron unir sus vidas en matrimonio, su amor era tan fuerte que solo la muerte era la única que los podía separar y eso fue lo que sucedió.

Mikey mientras caminaban por un campo lleno de flores, fue picada por una serpiente venenosa, rápidamente el veneno se esparció por todo su cuerpo matándola al instante.

Con los ojos cerrados deseaba encontrarse por ultima vez con su amado, lastima que eso no sucedería o quizás si.

Takemichi buscaba por todas partes a su esposa, lleno de preocupación corría de un lado al otro.

-Mamá has visto a Mikey-chan

-Me dijo que iría al campo de flores, quería recoger algunas, ¿Por qué?

El alma le había regresado al cuerpo aunque aun tenia una mala sensación, camino lentamente hacia el campo que no estaba tan lejos de su hogar.

Buscó y busco, no la veía por ningún lado hasta que llego al lugar en donde ya descansaba el cuerpo de Mikey sin vida. En ese momento Takemichi no sabia como procesar todo lo que estaba pasando, como era posible eso.

Apenas hoy en la mañana la había visto llena de alegria, llevaba un vestido largo de color verde y en su cabello llevaba una bella rosa, le encantaban las flores por eso conseguio una casa cerca de ellas para que Mikey las adorara y las cuidara.

Jamas lo habría imaginado, hace pocos meses se casaron y eran muy felices.

(....)

El amor que desafio el inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora