¹ Besos de Fuego

01

LYANNA POV

Ser parte de la Familia real de Athalassia viene con muchas cosas. Una de ellas es tener que asistir a la tan famosa Academia Aurora, donde los estudiantes aprenden a controlar su magia elemental y también son elegidos por un Dragón.

Todos los príncipes y princesas de los quince Reinos son enviados al cumplir la mayoría de edad, ya que es cuando su magia despierta, y en algunos casos, puede causar estragos el no saber cómo controlarla.

Honestamente, no me preocupo por eso, mi magia aún no ha despertado y dudo que lo haga. Soy muy diferente a mi hermano Alaric, el futuro rey. Él tuvo una respuesta inmediata con su magia. En la madrugada, después de su cumpleaños número dieciocho, sus habilidades aparecieron causando un gran destrozo en la habitación más cercana a la suya: la mía.

Recuerdo perfectamente que en medio de la madrugada sentí mucho calor de repente. Como si hubiera encendido la calefacción al +32 y salte de la cama al recordar que estábamos en pleno verano. Apenas puse un pie fuera de la cama, me queme, literalmente. El fuego rodeaba mi habitación, y mi cama estaba en el centro dejándome sin escapatoria, esa noche, me quedé casi sin voz al gritar por ayuda.

Mi padre fue quien tuvo que apagar el fuego, haciendo uso de sus habilidades. Suerte que el Elemento de él es el aire y al serlo, es mucho más poderoso que los otros cinco elementos que controla.

De no haber sido así, probablemente ahora estaría muerta.

—Vete con tu hermano o llegarás tarde —la voz de mi mamá me sacó de mis pensamientos.

—Solo admite que quieres que nos larguemos de una vez —bufo Alaric.

Aquello la hizo rodar los ojos y reír por unos segundos.

—Son lo que más amo en el mundo, pero si no se largan ahora, les daré una patada en el tras..

Mamá no pudo terminar de hablar porque la voz gruesa de mi padre la interrumpió.

—¿Así habla la reina de Athalassia? —alzó una de sus cejas, mirándola con cierta diversión.

Pude ver las mejillas de mi madre volverse rojas, y una pequeña risita escapó de mis labios.

—Mira eso, quince años de casados y aun consigues ponerla roja, papá —me burlé de ellos.

La mirada de mi mamá cambió por completo al escucharme. Y lo único que pude hacer fue poner los ojos en blanco y suspirar. Ella tiene una especie de odio o ensañamiento conmigo. Cada cosa que hago le molesta, no puedo salir con mis amigas y ni siquiera puedo opinar sobre el Reino.

Con mi hermano, se comporta completamente diferente, él es la luz de sus ojos, algo que me hace sentir cierta envidia para ser honesta.

Mi relación con papá es diferente, él me trata como su princesa, me cuida, me aconseja y se preocupa por mi a diferencia de ella.

Muchas veces pensé que tal vez la falta de magia en mi era lo que la hacía odiarme. Tal vez estaba decepcionada, tal vez yo no era lo que ella esperaba o deseaba.

—¿Princesa?

La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos, en los cuales me había vuelto a hundir sin darme cuenta.

—¿Si, papá? —alce el rostro para verlo.

—¿Todo está bien?

—Si, solo... estaba pensando.

Le di una pequeña sonrisa. No quería preocuparlo de más por algo que ya no tenía ningún arreglo.

Sin embargo, Lucas Emberlyn era un hombre muy testarudo. Y yo lo conocía muy bien como para saber que mi respuesta no lo había dejado satisfecho.