Mientras caminaba hacía la cuna de sunoo, mientras todo le daba vueltas, escuchó a Danielle apagar su música. Pero no le importaba, ahora, el que tenía que hacer silencio era sunoo. No Danielle.
Quiso callarlo de una manera en la que nadie se diera cuenta, pero apenas podía pensar por el efecto de lo anterior consumido. Sólo se le vino una manera a la cabeza.
Miró una almohada que estaba sobre la cama. Luego, miró a sunoo. Decidida, tomó la almohada y se acercó un poco a la cuna de sunoo... Iba a poner el objeto sobre la pequeña cara de este, pero otra vez se vio interrumpida por su hermana. Qué fastidio.
Rápidamente soltó la almohada y la tiró al piso. Danielle justo entró.
-¿Qué haces?
-Tratando de calmarlo.
Se tambaleó un poco.
-¿Qué te pasa, por qué te ves así?
-¿Así cómo? Yo... Yo estoy bien.
Danielle sólo suspiró.
-Bien. Vete.
-¿Por?
-Quiero calmarlo.
-Pero si yo lo estaba haciendo.
-Tú ni siquiera sabes calmarte a tí misma y lo vas a calmar a él. Yo lo haré, Tú sólo vete.
-Que no, yo lo haré. Quiero aprender.
-Pero alguien debe enseñarte, puedes cometer un accidente o hacerle algo a sunoo. Te dije que yo lo haré, vete.
Haewon suspiró con furia, pero finalmente se fue.
-Tú ni siquiera sabes...
Le susurró haewon saliendo de la habitación.
Danielle sabía que haewon algo le quería hacer a sunoo. Aunque no supiera calmarlo, trató solamente para que su vida no corriera peligro ni dependiera de un hilo.
Sus intenciones eran tan horrorizantes que posiblemente todos la terminaran odiando.
Así que simplemente se echó en su cama y cerró un momento sus ojos, Soltando lágrimas. Se sentía tan deprimida, ya ni la droga conseguía calmarla. Sólo se le ocurrió algo que la calmaría para siempre...
Sabía que muchos se lamentarian, o tal vez no... Sólo quería descansar unos instantes.
No tenía navajas, tampoco cuchillos. Sólo la silla de su escritorio y las tiras de su ropa que podría servir como cuerda.
Después de haber demorado tanto tratando de hacer algo para sostener su peso. Sus lágrimas comenzaron a caer nuevamente. Con su último aliento que pudo, movió los pies hasta tirar la silla y quedar colgando de su cuello.
Después de haberse quedado sin respirar por tanto tiempo, cerró sus ojos lentamente. Con una última lágrima cayendo por su rostro.
Dejó de forcejear, dejó de respirar, dejó de moverse...
Su cuerpo quedó intacto, sólo que con la piel obviamente muy pálida.
Pasó sólo un corto tiempo. Jeongin quiso entrar a su habitación a disculparse y a tratar de entenderla. Tenía claro que para ella no estaba para nada fácil.
Pero cómo la puerta estaba cerrada y haewon no respondía, supuso que podía estar enojada o dormida. Aunque se le hacía extraño y lo preocupó un poco. Ella no solía dormir en el día, a veces ni en la noche.
Danielle lo llamó, y tuvo que ir.
-Mamá, sunoo despertó hace un rato y lo calmé un poco... Pero ahora volvió a llorar porque creo que tiene hambre..
-Está bien, pásamelo.
Danielle lo puso en sus brazos y preguntó.
-¿Necesitas que te ayude en algo?
Jeongin le sonrió levemente.
-no, hija. Sólo... ¿Podrías ir a tratar de hablar o al menos abrirle la puerta a hae?
-Está bien, mami. ¿Pero estás seguro que me hará caso?
Jeongin asintió.
-Sí, no te preocupes. Cualquier cosa voy, ¿Ok?
Danielle asintió y fue a buscar algún objeto para abrir la puerta que estaba con pestillo.
Encontró un cuchillo que estaba en uno de los cajones de la cocina. Se apresuró a llegar a la habitación de haewon.
Intentó abrir, poniendo el cuchillo en la manilla de la puerta.
Cuando finalmente la puerta se abrió, danielle quedó horrorizada.
Empezó a llorar y levantó la cabeza, vió a su hermana colgando. Se desesperó tanto que no sabía qué hacer. De su garganta no salían las palabras.
Sólo pudo irse corriendo de ahí, en busca de ayuda.
Llamó a changbin, que estaba en el balcón de su habitación, fumando. Otra vez. Pero Danielle sabía que era como un desahogo que él tenía. Y lo entendía perfectamente.
Changbin estaba de espaldas mientras danielle se acercaba a él.
-¡Papá...! Por favor ayúdame...
Tiró de su camisa para que volteara y le habló con la voz alzada.
-A ver, ¿Qué pasa, mhm?
-Hae-Haewon...
Changbin frunció el ceño.
-¿Haewon qué...?
Le preguntó.
-¡Ella se suicidó! Está colgando de su cuello y no reacciona...
Changbin rápidamente frotó el cigarro con la fría cerámica, apagandolo mientras corría hacia la habitación de su hija.
...
Te pica el culo por las noshez? Enetepe, yo te tengo la solución
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