Capítulo 14: Salto

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Ha pasado un rato desde que la figura de la espalda de Geomar se alejó, el interior del auto también se ha desvanecido. Murmullos, pasos y un aire frío; no parece que sigamos en el parque. El dolor desapareció en su totalidad, poco a poco mis parpados se levantan y me ciega la luz fluorescente. Las voces toman sentido a mis oídos, al parecer Michael y sus compañeros están hablando.

—No podemos esperar a que se despierte. —la altanera voz me molesta y al mirar con detenimiento, es el chico de rizos llamado Mike.

—Si no está en condiciones, quedaremos atrapados en este velo temporal. —dijo Michael.

—Puedo preguntar ¿Por qué? —interrumpí. No quería que siguieran pensando que seguía inconsciente.

Me incorporo en la camilla, todos están de pie a excepción de Michael que al igual que yo tiene una intravenosa en el brazo. Parece cansado, todos lo parecen ¿Cuánto tiempo habrá pasado para que estén de esta manera? Antes de siquiera preguntar Joel se coloca sobre mí y no puedo ver nada, solo una presión abrumadora sobre el pecho. La intravenosa es retirada y soy sujetada por sus brazos a la par que corrían fuera del centro hospitalario. Al mirar detrás, unos insectos parecidos a unos enormes mosquitos están persiguiéndonos. Me preocupaba el hecho de que la gente se asustara al verlos pero ahora caigo en cuenta que solo nos movemos nosotros, todo está quieto, pasando de nosotros.

—Las capsulas de energía estabilizadora ya no están siendo efectivos contra los parásitos. —dijo Pol mientras lanzaba un frasco a la horda de insectos.

Michael está siendo sostenido por Mike y Kevin, su condición parece estar empeorando por alguna razón que desconozco. Un sonido ahogado tapa nuestros oídos y luego de un largo recorrido, hemos escapado de esas cosas y en algún lugar. Joel me deja sobre la acera para luego acercarse a Michael quien está dejando salir el poco de contenido que tendrá en el estomago. Me pongo de pie con dificultad, un leve mareo eso es todo antes de unirme a ellos.

— ¿Qué ocurre? —Me dirijo al serio Kevin jalando por su chaqueta—. ¿Qué pasó en el parque? ¿Dónde están las chicas de los Tevas? Y Geomar, ¿dónde está Geomar?

Sé que son muchas preguntas, se que ellos han de estar preocupados por la situación pero si no me inmiscuyo, no sabré como enfrentar los problemas que vengan. Kevin se muestra reacio a hablar, refleja una madurez y una profundidad que va más allá de su edad; debe estar cerca de los veinticinco. Sus ojos violetas son intrigantes, distantes, distrayendo la atención de su fina y apenas visible cicatriz en su ceja izquierda. Sin embargo, este luego de mirar a todos por un momento suspira antes de dirigirse a mí.

— Estamos atrapados en una brecha temporal —dijo sin siquiera mirarme—. No pasó mucho tiempo para que todo se descontrolara luego de que perdieras la conciencia.

— ¿Cuánto...?

—Una semana —esta vez respondió el chico llamado Pol.

Lo que parecía ser una charla algo surreal dentro de un auto, ocupó más tiempo del que creía. Esta magia es tan difícil de comprender. Michael se levanta con ayuda pero Mike se interpone y agarra mi brazo como si fuera arrancarla de un empujo. Quise protestar, a lo que él empezó a gritar.

— ¡Cállate, tienes demasiadas preguntas! —escupió cada palabra sin siquiera respirar—. Que si, que esas chicas se disolvieron como vitamina efervescente en un vaso de agua; que si, que ese chico se quedo como una estúpida estatua con la anomalía... ¡¿y eso que nos importa?!

—Mike... —la voz de Michael se escucha apagada detrás.

—Usa ese maldito poder para sacarnos de aquí antes de que ese mendigo dios consuma a Michael.

El despertar de los Tevas #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora