Capítulo 6

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~•~Al día siguiente~•~

- ¿Hoy no ibas para la casa de tu madre? - me pregunta Livi.

- Si, es hoy, escogeré una ropa sencilla esta vez.

- Bueno, ponte tu jean ajustado negro, tu pullover a rayas negras y blancas, tu única chaqueta de mezclilla para el sol, tus Converse bajitos y en peinado una coleta alta.

- Gracias, Livi - le dije y la abracé con fuerza.

- De nada, ya me has ayudado muchas veces y creí que no estaba mal ayudarte a ti esta vez - dijo Livi.

~•~Después de cambiarme~•~

- Ya me voy, adiós Livi.

- Chao.

Fui caminando y por fin llegué a la casa de mi madre.

- ¡Hija! - gritó mi madre y fue a donde yo estaba a abrazarme.

- Hola, mamá - le devolví el abrazo.

- ¿Cómo estás, hija? - me preguntó, ya yendo para la casa.

- Bien, ¿y tú, mamá?

- Estoy perfectamente, hija. Ricardo tiene muchas ganas de verte, y Robert de conocerte.

- ¿En serio? - le pregunté.

- Si, allí está - dijo y señaló a la ventana donde había un chico.

- Está bien, yo también.

Entramos a la casa y lo primero que vi fue a Robert yendo hacia la puerta para recibirnos.

- Iré a la cocina a decirle a tu padre que llegó Paty - dijo mi madre.

- Está bien, Ana - dijo Robert.

Ya mi madre se había ido a la cocina y quedamos solos en la entrada mi hermanastro y yo.

- ¿Eres Robert, no? - pregunté.

- El mismo, y tú eres Paty.

- ¿Cómo te sabes mi nombre? - pregunté, aunque ya sabía que mi madre le había hablado de mí.

- Tu madre me ha hablado mucho de ti. Me dijo que eres linda y simpática.

- Ya veo, desgraciadamente solo me sé de ti tu nombre - le dije la verdad.

- ¿Mi padre no te ha dicho nada de mí? - preguntó, sorprendido.

- No, no me ha dicho nada.

- Bueno, vamos a la cocina a que veas a mi padre.

- Está bien - dije.

Fuimos a la cocina y vi a Ricardo, se le veía contento porque fui a verlos a los tres.

- ¡Paty! Qué sorpresa - dijo Ricardo.

- Dijo mi mamá que podía venir hoy y vine.

- ¿Cómo estás? - me preguntó él.

- Estoy bien, ¿y tú?

- Bien, Paty, qué bueno que estás bien.

~•~Media hora después: 11:00 am~•~

- Hija, llamemos a Nick - dijo mi madre.

- ¡Sí! - le dije con entusiasmo y fuimos a donde estaba la mesa para apoyar el celular de mi madre en el jarrón y hablar con mi hermano.

Sonó el timbre y lo cogió al instante. Hicimos una videollamada.

- Hola, mamá, ¿cómo estás por allá? - preguntó él, estaba trabajando en Colombia y no le veo hace medio año.

Una mirada que enamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora