Inmarcesible [Jacob Black]

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

 𝕭𝖎𝖊𝖓𝖛𝖊𝖓𝖎𝖉𝖆 𝖆 𝕱𝖔𝖗𝖐𝖘, 𝕭𝖊𝖑𝖑𝖆

En la península de Olympic, al noroeste del Estado de Washington, existe un pueblecito llamado Forks, o como me gusta llamarlo, hogar frío, hogar. Aquí siempre esta nublado o lloviendo, los días que hace sol, me gusta pasarlos llenándome de energía fresca y aromatizada o molestando a mi mejor amigo...

Cuando mamá salió corriendo de casa con Bella en brazos, mi padre tuvo que tomarme en los suyos, mientras intentaba entender porque mamá nos había abandonado, en realidad, hasta le fecha seguía preguntándome eso, pero nunca me atreví a preguntarle directamente en las cartas...

—Ilitia, debemos ir por tu hermana al aeropuerto —me dice papá tocando la puerta, suspiró dejando de lado el diario rojo oscuro con mi nombre grabado en dorado.

—Ya voy, papá —le medio grito, mientras escucho sus pasos alejarse.

Este año, Bella ha decidido venir a vivir con papá y conmigo, al parecer Renée, nuestra madre, se iba de viaje con su quien sabe cual número de esposo, así que papá le abrió las puertas de casa a Bella, lo cual no me molesta, por fin habría más energía femenina por aquí. Y vaya, tampoco tengo mala relación con Bella, pero pasar durante tres años teniendo que ir a visitarla a California con papá se volvió cansado y tedioso, pero después de todo, quería mucho a mi hermana melliza, que vaya, le hacíamos mucho honor a eso de ser mellizas, no nos parecíamos en nada, más que en las pecas que rodeaban nuestras mejillas y la piel pálida, de ahí en fuera, mi cabello rojo parecía la luz del día y el cabello café de Bella, la oscuridad de la noche.

Salí casi corriendo de mi cuarto, poniéndome la sudadera más abrigadora que tenía, mientras papá me esperaba en la puerta, le sonreí para abrazarlo.

—Alguien esta emocionado por la llegada de Isabella, he —bromeó, mientras papá niega y cierra con llave la puerta.

—No te dejaré juntarte nunca con Billy y Jacob, te estás volviendo como ellos —niega divertido, mientras me abre la puerta del carro de policía, suelto una carcajada, entrando al carro.