GuardiánQueen

Capítulo 18 Una Navidad Solitaria

Emma y Henry se fueron a la mañana siguiente. Se despidieron en silencio y se disculparon con el resto del elenco (excepto Regina, por supuesto) y simplemente tomaron un avión a Boston, negándose a terminar el fin de semana de la convención. Entonces, cuando Regina entra al camerino el domingo por la mañana para sufrir un panel grupal más, se sorprende al encontrar a todo el elenco frunciendo el ceño en varios niveles de enojo o decepción.

"¿Qué?", ​​pregunta irritada y agotada después de una larga noche sin dormir. Pero una rápida mirada alrededor de la habitación le dice todo lo que necesita saber: Emma y Henry se han ido.

—No sé qué demonios dijiste, pero le rompiste el corazón —murmura Ruby, probablemente la más enojada del grupo—. Qué idiotez de tu parte.

Ruby se da la vuelta y se niega a reconocerla, mientras que Ivy solo le da una mirada de simpatía y decepción (probablemente decepción en su mayoría) antes de sacudir la cabeza y volver a concentrarse en su teléfono. Graham ni siquiera la mira a los ojos, y Mary Margaret y David simplemente se encogen de hombros y hacen una mueca antes de ocuparse de sus propios asuntos.

Nadie se sienta con ella ni le habla, y Regina simplemente se hunde en un asiento en la esquina más alejada de la habitación y espera a que el MC los llame, extrañando la forma en que Emma siempre se sentaba a su lado y Henry siempre se acurrucaba bajo su brazo, los dos de alguna manera amándola incondicionalmente hasta el día en que arruinó todo.

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Emma se retiró el domingo y la convención no me reembolsó el boleto para la sesión de fotos. No está bien".

"Este fin de semana pasó una mierda. Todo el elenco de Kingdom Come lucía miserable después de que Emma se fuera el domingo. ¿Qué está pasando?"

"¿Emma y Ruby siguen juntas? ¿Qué pasa con Regina evadiendo cada pregunta de KavaReina? ¿Como pasó este fin de semana?"

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Por supuesto, se renuevan. Gold tiene los dedos en los bolsillos de todos y, mientras su hijo siga trabajando en la serie, probablemente nunca terminará. Es como Anatomía de Grey 2.0.

Emma había firmado ingenuamente un contrato de cuatro años cuando regresó por primera vez en la tercera temporada, así que, independientemente de lo mucho que no quiera volver, está legalmente obligada a terminar de filmar la sexta temporada. A Henry no le importa tanto, ya que Leroy le ha ofrecido el trabajo de aprendiz de cámara y, después de un poco de súplica, lograron convencer a la producción de que les diera su propia casa en Vancouver esta vez. No más compartir con Regina, no más seguirla como un guardaespaldas sobrepagado, no más ver a Regina en absoluto, excepto en el set cuando sea absolutamente necesario.

Todo es tenso e incómodo y parece un drama innecesario que podría haberse evitado si todos hubieran sido honestos desde el principio, pero Regina está resignada y Emma está sufriendo por dentro, y a ninguna de las dos le importa hacer ningún esfuerzo para solucionarlo.

Es extraño trabajar con alguien que te ha hecho mucho daño, alguien a quien quieres odiar pero no puedes evitar amar. Emma se esconde en la compañía segura de sus otros compañeros de reparto cuando están en la sala de espera, y Regina siempre vuelve directamente a su tráiler cuando no la necesitan en el set, prefiriendo mantener la distancia con sus compañeros de reparto en un nivel completamente diferente. Es más fácil escapar de la evasión herida de Emma y de las miradas críticas de los demás de esa manera. Es más difícil ignorar a Henry, ya que el joven trabaja ahora con el departamento de cámaras, siempre correteando por el set con el equipo en sus manos. A veces la mira fijamente, herido y molesto y aún anhelando su afecto, y ella intenta transmitirle sus arrepentimientos en silencio, demasiado cobarde para decírselo a la cara.