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El mundo se divide en especies, cada uno más raro que el anterior diferentes tipos de híbridos en el mundo y muchas por conocer, algunas extintas y otras al borde de la extinción pero hay unas que prosperan y que no están ni cerca de la extinción.
Un claro ejemplo son los híbridos conejos, animales que son capaces de reproducirse a montones, grandes camadas salen de estos seres de baja estatura.
Nos centraremos en unos de ellos, Izuku Midoriya, un chico atractivo de dieciséis años, cabello verde y rizado, ojos tan brillantes tal cual esmeraldas, unas mejillas regordetas llenas de pecas, un chico simplemente perfecto.
El lindo chico estudiaba en la academia UA, una academia de alto prestigio, tenía una vida normal ignorando el hecho de que tenía un novio híbrido pulpo dos años mayor que el.
Tamaki Amajiki, un chico que tenía varios cambios de actitud, normalmente se muestra tímido y nervioso, otras veces principalmente cuando estaba ebrio o tenían sexo, era un total salvaje que de un solo golpe podría matar a cualquiera que se le ponga enfrente con un golpe de sus tentáculos que controlaba.
Siendo sincero su novio tenía muchas cualidades y no se sentía lo suficientemente bueno para el.
– ¡Hey Midoriya!– escucho la voz animada de su novio volteo con cuidado para ver al de pelo añil que se encontraba en una de sus extrañas facetas – dejame te ayudo con eso – el mayor tomo los libros con varios de sus tentáculos provocando que el menor riera.
– Jejeje gracias Tamaki-kun – agradeció el peliverde con unas de sus hermosas sonrisas.
– No hay de que – afirmó el mayor, Izuku le miraba de arriba abajo, Tamaki era alguien alto mientras que el apenas le llegaba al pecho.
– Tamaki-kun..¿Porque sigues conmigo? – preguntó el menor, mientras sentía como un tentáculo lo acercaba al de cabello añil.
– ¿Vas a seguir con tus inseguridades? – el menor se sonrojo y bajo la mirada, desde hace tiempo que comenzó a darse cuenta de muchas diferencias que tenían los dos – si sigo contigo es porque te amo Izuku, nadie me interesa más que tu y no me importa la opinión de los demás – afirmó el mayor mientras veía como Izuku se sonrojaba y sonreía tiernamente.
De verdad que amaba a su novio, no importaba que tan raro fuera, aún recordaba como se conocieron de una manera extraña.
Era mayo, Izuku era seguido por una pandilla de híbridos lobos encabezados por quién era su amigo de la infancia Kirishima Ejiro, un híbrido lobo de cabello pelirrojo y dientes afilados.
— ¡Midoriya! ¡Regresa! ¡Solo quiero hablar! – le gritaba el pelirrojo sin embargo; Izuku sabía que no solo quería hablar, lo único que queria era follarlo.
