Orquídea

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La canción no la pongan hasta que yo les diga y no pregunten por qué la puse. Aunque siento que este capitulo no tiene sentido.

....

De repente senti un sonido alarmante al lado mío sobresaltandome. Rapidamente me sente en la cama y mire al lado recordando que era mi alarma. Dejé escapar un suspiro de alivio mientras apagaba la alarma. El sol de la mañana se filtraba por las cortinas, iluminando suavemente la habitación. Hoy no era un día especial ni había algo fuera de lo común, pero me sentía con energía, con ganas de hacer algo diferente.

Tenía un plan sencillo para la mañana: ir a la floristería. No había ninguna ocasión especial, bueno... En realidad si. Últimamente le estaba regalando flores a mi vecino, asi que hoy tenia pensado ir a comprarle unas orquideas y ya de paso comprame unas para mi, por que desde hacía tiempo quería llenar la casa de plantas nuevas. Especialmente, había estado pensando en comprar orquídeas. Siempre me parecieron elegantes y llenas de vida, y hoy finalmente me decidí a hacerles un espacio en mi hogar y tambien dárselos a Cancelo aunque obviamente las dejaría en su umbral.

Me levanté de la cama con una sonrisa, me preparé un café y me senté un momento a disfrutar de la tranquilidad. Mientras lo bebía, pensé en dónde pondría las orquídeas. Quizás en el salón, justo al lado de la ventana donde les llegara la luz, o tal vez en mi escritorio, para alegrar las horas de trabajo.

Después de vestirme y agarrar las llaves, salí de casa con dirección a la pequeña floristería del barrio, esa que siempre estaba llena de colores vibrantes y aromas frescos. Al caminar por la calle, el aire fresco de la mañana me llenaba de calma. Hoy sería un buen día, uno de esos en los que los pequeños placeres hacen que la vida se sienta más ligera. Al entrar, el olor de las flores me envolvió. Saludé al dueño, un hombre amable que siempre estaba dispuesto a dar el mejor consejo sobre flores.

—¿Buscas algo en particular hoy? —me preguntó con una sonrisa.

—Sí, quiero regalar unas orquídeas —respondí, sintiendo que ya podía ver la sonrisa de Cancelo cuando las encontrase.

Me mostró una selección de orquídeas en diferentes colores. Después de un rato de contemplarlas, elegí un par de las más bonitas, con un color blanco que irradiaban una elegancia natural. Sabía que serían el regalo perfecto, algo sencillo pero que, sin duda, transmitiría todo lo que quería decir sin usar palabras.

Saliendo de la tienda con el ramo en mis manos, sentí que el día había tomado un significado especial. No hacía falta una gran ocasión para hacer algo bonito por alguien; a veces, un detalle inesperado como unas flores puede iluminar el día de otra persona.  

Caminé de vuelta a casa con las orquídeas cuidadosamente protegidas entre mis brazos, disfrutando del aire fresco de la mañana. En mi mente, ya imaginaba la expresión de sorpresa cuando dejara las flores en la puerta de su apartamento. Sabía que no esperaba nada, y eso lo hacía aún más emocionante.

Llegué al edificio y subí las escaleras con calma, repasando el plan. La idea era simple: dejar las flores en su puerta y retirarme rapidamente, no sabia si habia salido o estaba en casa. Era mi forma de decir lo que, por timidez o indecisión, no había logrado expresar con palabras. No era la primera vez que le dejaba algo, pero esta vez, quería que supiera que esas orquídeas llevaban un mensaje más claro, uno que invitaba a algo más que a un simple saludo en el pasillo. Llegue a mi piso y me dirigi a la puerta de mi apartamento, pero cuando apenas abri la puerta me acorde que iba a comprar flores para decorar mi casa. Me lamente por no acordarme, y entré al apartamento cerrando la puerta.

Dejó las flores sobre la mesa y se desplomó en el sofá, exhausto. Apenas eran las once de la mañana, pero la simple tarea de ir a la floristería lo había dejado sin energía. El cuerpo le pedía una siesta, así que, resignado, se levantó y fue a su habitación. Ya con ropa cómoda, se dejó caer en la cama. Apenas su cabeza rozó la almohada, se hundió en un sueño profundo, como si el cansancio lo hubiera arrastrado...



𝒜𝓆𝓊ℯ𝓁𝓁𝒶𝓈  ℱ𝓁ℴ𝓇ℯ𝓈 {Cancelix}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora