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∆ Jisoo
Once años después....

Moví la palanca un cambio menos mientras llegaba a un familiarportón

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Moví la palanca un cambio menos mientras llegaba a un familiar
portón. Solo que estas puertas estaban oxidadas y desgastadas, colgando
flojas de sus frágiles bisagras. Maleza se envolvía alrededor de las barras
como garras. No se parecían nada a las imponentes puertas que
recordaba de los años que viví aquí. Estaban arruinadas y destruidas…

Exactamente como alguien que alguna vez había entrado en este
maldito lugar había terminado.

Entonces de nuevo, tal vez ya era diferente y estaba dañada cuando
vine aquí por primera vez. Pero ella no lo era.

Salí del auto y me acerqué a las puertas. El caliente sol caía sobre mí
desde lo alto. Acomodé mi moño, enderecé mi camisa y chaleco, luego
estrellé mi pierna contra la patética cerradura del portón. La puerta
chirrió bajo mi fuerza, pero entonces se abrió de golpe, revelando el
vasto infierno más allá. Me quedé quieta, respirando lentamente,
profundamente, intentando calmar las voces girando en mi cabeza. Las
que me decían que no dejara alma con vida allá dentro, que derribara a
cada uno de los hijos de puta y los hiciera pagar con sangre, gritos y
tortura… las voces que me hicieron compañía todos estos años, sin
permitirme olvidar la penitencia que debían pagar.

—Todo a su tiempo — dije en voz alta. Por instinto, mi mano pasó
sobre el bolsillo de mi chaleco, buscando el reloj que estuvo a mi lado
durante tantos años. Tic tac, tic tac, tic tac…

Estoy aquí, pareció escucharse desde la mansión que estaba más allá
de la larga calzada y los espesos árboles. El canto de las sirenas hacia las
únicas dos cosas que significaban algo para mi podrida alma. Mi mano se curvó alrededor del bastón acunado en mi palma. Bajé la mirada,
deslizando mis dedos por el palo de metal.

“Conejo” , escuché el susurro de Dolly, un eco distante del pasado,
mientras bajaba la mirada al cabezal decorativo del bastón. La cabeza de
un conejo, las orejas hacia atrás y los dientes descubiertos.

Conejo.

Su conejo.

Moviendo mi bastón en un círculo, me di vuelta y volví a mi auto.

Avancé, el polvo creando una nube detrás de mí cuando los
neumáticos chillaron en el suelo lleno de tierra. Alguna vez estuvo
pavimentado y llano, pero ahora estaba lleno de huecos y erosionado.
Aceleré por el camino, a través de las sinuosas curvas y giros. Mis
manos se apretaron en el volante cuando me acerqué al último giro.

La vista extensa de la mansión de Park estaba al frente. La casa
que me dio el latido que daba vida, y la punzada que destruyó cualquier
indicio del corazón que alguna vez tuve.

Mi corazón se detuvo cuando el borde de la construcción de ladrillos
cafés apareció a la vista. Musgo y maleza trepaban como un enjambre de
saltamontes sobre la alguna vez hermosa casa, así como esas enredaderas
de vides en el portón. La decadencia del exterior reflejaba lo que había
existido en el interior por demasiados años para contar.

Sick Fux | Adaptación Chaesoo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora