NUEVA VIDA

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Esa noche, Silco no logró dormir, a pesar de beber y beber hasta acabarse la botella de licor. Simplemente se quedó sentado en una esquina de su cuarto, meditando sus acciones y sus desiciones, y si había elegido la correcta. Pensaba en Jinx y esos celos enfermizos que lo consumían. Toda la noche su imagen de ella entregada a otro hombre parecía no abandonar su mente, y el recuerdo de sus juegos e insinuaciones hacia que su rasocinio pendiese de un hilo.

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Los primeros rayos de sol que se colaban por las cortinas del gran ventanal, despertaron a Jinx de su sueño profundo. Sus ojos se movieron lentamente por debajo de sus parpados los cuales, los sentía demasiado pesados. Poco a poco y con un dolor agudo en la cabeza, abrió los ojos revelando una mirada confundida, encontrándose en una habitación tan grande y lujosa, que la dejó sin palabras, pues nunca había dormido en una cama tan amplia y suave, con sabanas de seda fina y almohadas tan mullidas como las nubes en el cielo. Sin embargo, los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente de golpe, como un cubo de hielo arrojado sobre su piel desnuda.

Rápidamente se reincorporó cubriéndose con la sabana y respirando velozmente. Había sido la primera vez que durmió con un hombre que no era Silco, y la primera vez que alguien la tocó. Un sabor amargo y una espina en el pecho la invadió, como si hubiese perdido algo precioso, pues no fue una experiencia gratificante como lo imaginó, más bien, la sintió forzada y sin ninguna conexión, incluso llegando a ser dolorosa. Todo el tiempo pensó en Silco y en cómo le hubiese gustado darle a él, su primera experiencia. No se veía entregada a otro hombre que no fuese él. Pero el destino siempre se empeñaba en quitarle a las personas que más amaba en su vida, y el dolor de no estar con él la ponían triste y con ganas de llorar.

Miró hacia el otro extremo, dándose cuenta de la ausencia de su esposo. La cama estaba vacía, y cayó en cuenta de su soledad al despertar en su primer día de bodas. No se suponía que las cosas debían ser así, se suponía que los esposos amanecerían juntos, abrazados y felices, pero en su caso, su pareja la abandonó desde muy temprano, dejándola con una sensación de vacío.

Con calma, Jinx se sentó a la orilla de la cama, cubriendo su pecho con una mano y apoyándose con la otra. Dejó salir un suspiro profundo para posteriormente ponerse de pie, dirigiéndose al baño con pasos lentos. A pesar de estar sola, su ser fue invadido por una sensación de vergüenza por su desnudez, una que jamás había experimentado antes. Corrió al baño para darse una ducha, sintiendo la necesidad de limpiar su cuerpo y su mente.

Cuando se enfrentó al espejo en el baño, notó las marcas que cubrían su piel. Múltiples moretones y marcas rojas rodeaban su cuello pecho y brazos, también las piernas y posiblemente la espalda. La noche anterior había sido un sueño febril, un tormento que no podía olvidar. Su esposo había abusado de ella sin consideración ni compasión. Tan solo recordarlo de provocaba nauseas y un sentimiento de impotencia.

Mientras miraba su reflejo, la voz de Mylo comenzó a resonar en su cabeza, como un eco cruel que la atormentaba con sus burlas acerca de todo lo ocurrido.

- Eres débil .... No vales nada. – susurraba clavando sus palabras como dagas en el corazón de la chica; y por un instante ella le creyó. Sus lágrimas brotaron como ríos de dolor. – solo mírate, quien querría a una mujer tan sucia como tú. Ni siquiera se despidió de ti antes de irse, no le importas. – escupía con veneno que le contaminaba el alma.

Lloró por unos minutos más, sumida en un mar de desesperación, hasta que decidida a tomar el control de su vida, se reincorporó para vestirse y buscar su medicamento, y por fortuna lo tenia a la mano. Con desesperación abrió el frasco e ingirió la perla purpura, sin embargo, la dosis indicada no tuvo mucho efecto, o al menos no rápidamente como ella lo esperaba, así que tuvo que duplicarla, sin saber que estaba cometiendo un error, pues ya eran dos veces que consumía el doble de lo requerido.

NO TE SEPARES DE MI / ARCANE / JILCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora