Estoy cansada.
Llevo demasiado tiempo cansada.
Un día tras otro, tras otro, tras otro...Esto es una mierda.
Mi vida es muy aburrida.Llevo sola toda mi vida. Me he logrado llevar bien con mis compañeros de clase, pero no he llegado a hacer amigos de verdad.
Y sinceramente, estoy hasta los huevos. Hasta los huevos de estar sola. Hasta los huevos de no importarle a nadie.Tercero de primaria y seguía sola.
Llamaba "amigos" a algunos compañeros con los que jugaba en el recreo, pero sabía que ellos no me consideraban amiga suya.
Y estaba cansada de que nadie me quisiese.Ese mismo verano, mis padres me apuntaron a unas actividades que había por las mañanas. Juegos, gente de mi edad (un poco mayores, un poco menos, pero más o menos), y piscina.
Había una chica allí, Olivia. La conocía desde hace unos años. No sé ni como la conocí. Simplemente apareció un día, empezó a hablarme, y a partir de ahí nos hicimos... no amigas. Más bien conocidas cercanas.
Era la única que conocía allí, pero ella ya conocía mucha gente. Tenía un grupo de amigos, no era mucha gente, pero era un grupo. Más amigos de los que había tenido yo en toda mi vida.
Y como para no.
Era una chica hermosa, divertida... la típica chica que todos adoran.
Con esos ojos azules cielo y ese pelo marrón con extensiones californianas rubias, esas camisetas cortas y esos pantalones...
¿Quién no querría estar con ella?
A día de hoy, todavía la envidio. Hasta de pequeñas era más guapa que yo.
Su pelo rubio claro no tenía comparación con mi pelo rubio sucio, y era tan liso y estaba tan peinado siempre... mientras que el mio parece estar despeinado porque está un poco rizado, pero no lo suficiente para ser bonito.
¡Y estoy hablando de ese verano! Con el tiempo ella ha seguido hermosa, yo desastrosa.Yo estaba sola en el pabellón deportivo, en un rato libre antes de jugar, cuando la vi y decidí ir con ella.
Había más personas que seguramente fuesen unos hijos de puta, pero mejor estar con ellos que estar sola.
La saludé y ella me saludó de vuelta. Me dijo el nombre de todos, y hasta el día de hoy, solo recuerdo uno: Avril.
Una chica que en cuanto la vi, supe que quería ser su amiga.
Tenía el pelo marrón, ondulado y corto; ojos azules pálidos; y vestía una camisa de tirantes blanca y unos pantalones cortos.
Tenía pecas cubriendo sus mejillas, y parecía simpática y tranquila.
Pasé parte del día hablando con ella, jugando con el resto de gente del grupo, y la verdad es que me lo pasé genial.Al día siguiente, llegué al pabellón con más ganas que el día anterior. Me había llevado bien con esa gente, por fin no estaría sola.
Me acerqué a Avril, que estaba sentada en un banco con Olivia.
Las saludé y pasé el resto del día con ellas.
Por fin me sentía acompañada, no estaba sola, tenía gente a la que no le molestaba aguantarme.
Y era genial.El verano fue increíble.
Conseguí que Avril fuese mi amiga, y Olivia empezó a tomarme como una también.Y aquí volvió la tortura. El verano no es eterno y era hora de volver al colegio.
Cuarto de primaria.
Otra vez sola y sin amigos. Oh bueno, al menos tenía compañeras que me caían bien.
Aunque ellas no me aguantasen, pero no estaba sola.Y pasó solo una semana cuando descubrí que Avril estaba en mi colegio. Era dos años mayor que yo. Era tan guay... y yo me sentía guay también por ser amiga suya.
Pasabamos los recreos juntas, ella, mis dos compañeras simpáticas, y yo.
Y era genial.
Cuando volvía a casa y mis padres me preguntaban por el día escolar, me saltaba la parte en la que les contaba de futuros exámenes, de mis deberes, o de qué habíamos aprendido ese día, y les contaba sobre el tiempo de recreo con Avril. Y a mis compañeras no las mencionaba.
Avril era la mejor parte de mi día. No lo entenderíais. A menos que hayais vivido lo mismo que yo, el mismo abandono, la misma sensación de ser imposible de querer... pero tener una amiga era un gran cambio. Por fin tenía ganas de ir a clase por las mañanas.
Ese año nos confesó a mi y a mis compañeras que le gustaba un chico de su clase, Marco. Me encantaba picarla con eso. Un día me acerqué al chico y le dije que a Avril le gustaba. Esperaba que se sintiese halagado, ¿cómo no estarlo si una chica increíble está enamorada de ti? Sin embargo le dio igual. Cuando volví con Avril, me miró fatal y se fue. Yo empecé a reírme, se notaba que estaba exagerando y disfrutando la situación, le había ahorrado el tener que declararse. Estuvo sin hablarme una semana. Exageró mucho esa bobada. Además, ese chico ni siquiera estaba interesado en ella. Y no me extraña, sabía que Avril estaba fuera de su alcance así que ni lo intentaba. Era demasiado buena, ese imbécil no se la merecía y lo sabía.
ESTÁS LEYENDO
El Amor Que Respiro
Teen Fiction¿Qué pasa cuando tu vida da un giro completo? ¿Qué pasa cuando aparece el amor en medio de la soledad? Una historia basada en hechos reales sobre la fina línea que separa la desesperación del amor y el amor de la obsesión.