Yo no reaccionaba, no podía. Era imposible. Aunque era de esperarse.
Me límite a asentir tristemente y el aceptó con la cabeza.
No sé por qué, pero mi instinto salió y provocó que me quitara la sudadera que llevaba puesta, ya que era suya. Se la tirara a la cara y me fuera ignorando como me miraba Noé.
꧁༒꧂
Había pasado ya un mes desdé que les vi a ellos dos por última vez. A Noé si, ya que había venido todos los días a consolarme.
Mi madre también me había ayudado y apoyado en la noticia.
Desdé que dejé de salir con ellos apenas salía. Literalmente en el mes entero, solo había salido a comprar el pan, ir a cenar con mi madre y con otra amiga para ir al cine, y al centro comercial de gran Vía.
Uno de los días que salí con una amiga volví y estaba todo en silencio ya que mi madre estaba trabajando. Al entrar noté que el salón estaba fatal. La televisión tenía los cables arrancados, el sofá estaba movido, los cajones revueltos.
De un momento para otro, noté como algo me tocaba por detrás y me agarraba por el hombro. Era Padre, lo había reconocido por la voz.
Mi padre me tiró al suelo, y empezó a pegarme.
Papá de Leila: Eres una hija de puta, sal de la casa o te mato.
Dijo sacando un cuchillo del pantalón y levantándome.
Me sacó el móvil del bolsillo y me empujó hacia afuera.
Yo empecé a mirar para los lados buscando a alguien hasta que lo vi.
Era Beny mirando el móvil así que corrí hacia el.
Al verme se sorprendió y empecé a contárselo todo.
[...]
Ya había llegado la policía a su lado mi madre, que me miraba arrepentida.
Me confesó que en realidad no había entrado a la cárcel. Primero había que tener un juicio, y no tenía pruebas.
Uno de los policías que se había quedado, comentó que echarían fotos a toda la casa, y a las heridas de mi cara.
A todo eso, Beny seguía al lado mía quitándome las lágrimas y abrazándome cada vez que veía que empezaba a llorar.
La policía empezó a echar fotos, pero yo decidí salir a dar una vuelta con Beny, ya que estaba muy mal y prefería estar con el.
Beny: Morena, no te apetece un helado.
Y empezó a reírse. Yo le di un golpe en el hombro y el empezó a reírse más fuerte.
Al final acabamos comprandonos un helado, que obviamente el mío se lo acabó de comer el.
Leila's Instagram this mornig:
_________________________________
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
