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En los siguientes días noto como un chico de cabello y ojos bicolores la miraba de manera fulminante, pero cada que cruzaban miradas se limitaba a hacer una mueca de desagrado y luego apartaba la mirada, por más que quería hablarle para descubrir la razón de su odio por ella, este le resultaba tan intimidante que no se atrevía a acercarse. Sí kirishima la viera en ese momento y las cosas fueran como antes muy probablemente le diría que ser una gallina no es nada varonil ignorando por completo que ella no era un hombre.

—Las gallinas no son nada varoniles—dijo para si misma.

—¡Por supuesto que no! ¡El macho es el gallo—dijo un chico de lentes de nombre Iida.

Ella se sobresalto, sin embargo, trato de ignorar la situación.

—Toshinori–san, no se porqué estás así, pero si lo puedes arreglar sin usar violencia, te recomiendo hacerlo.

—Gracias, Iida–kun.

Recogió sus cosas con rapidez y salió corriendo de la academia, no tardó en ver al chico bicolor y no supo que decir, desaceleró su paso, pensó un momento en lo que estaba haciendo, infló su pecho de aire y con voz firme exclamó:

—¡Todoroki-kun!

El susodicho se volteó hacia ella y con el mismo tono serio con el que siempre hablaba y la mima expresión de seriedad que siempre lucía le respondió.

—¿Qué es lo que quieres?

—¿Acaso te he hecho algo para molestarte?—preguntó manteniéndose firme.

—Tú eres la hija del héroe número uno, por lo tanto es mi deber superarte.

Ella suspiró, una sonrisa se dibujo en su rostro y con tono relajado le contestó:

—No quiero ser la número uno, solo quiero que la gente confíe en mí, mi padre dice que para que la gente confíe en mí debo empezar con los que están más cerca... Así que...

—No cube aquí a hacer amigos.

—Por favor, la vida es un poco menos miserable cuando tienes amigos con quién compartir tu miseria.

El bicolor no pudo evitar soltar una risa ante el comentario.

—Supongo que no estaría mal—dijo volviendo a su tono serio.

—No seas tan frío, incluso lo héroes profesionales tienen un compañero.

—Lo sé, entonces nos vemos mañana Toshinori–san—contestó suavizando su tono.

Después de que ella se despidiera cada uno tomó su camino, algo de lo que había dicho era cierto; compartir tu sufrimiento hace que todo sea más fácil.

El chico bicolor y la rubia entrenaban juntos, para ella era fascinante la cantidad de poder que tenía el joven, y las grandes enseñanzas que dejaba a pesar de tener su misma edad.

—Toshinori–san—dijo el chico durante uno de los entrenamientos—nunca has pensado en rodearte a ti misma con enredaderas para poder tener algo como una armadura ¿O si?

—Es una gran idea, no se me había ocurrido, pero no puedo gastar mucha energía en un escudo o no podré contraatacar.

—Lo sé, he investigado y descubrí que hay una manera de hacer que los dones evolucionen, es peligroso, pero te ayudaré, después de todo eres mi mejor amiga.

Los ojos de la chica se humedecieron y se lanzó contra el dándole un apretado abrazo.

—¡Somos mejores amigos!

—Prometeme quevnovlo harás sola.

—De acuerdo, lo prometo, mejor amigo.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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