Gastón Edul, el periodista siempre atento a los detalles más mínimos, había cubierto infinidad de partidos y había entrevistado a innumerables jugadores de fútbol. Entre los nombres más conocidos y admirados estaban Julián Álvarez y Enzo Fernández, dos estrellas en ascenso que no solo destacaban en la cancha, sino también por la fuerte amistad que compartían. Gastón siempre había notado lo unidos que eran, pero lo que estaba por descubrir en esta ocasión iba mucho más allá de la camaradería que había percibido.
Era una tarde cualquiera en el predio de la selección. Gastón estaba allí para realizar una serie de entrevistas informales con los jugadores antes de un importante partido. Entre risas y bromas, notó algo diferente en la actitud de Julián. Siempre había sido una persona reservada y serena, pero esa tarde parecía estar más distraído, como si algo le rondara por la cabeza.
Después de terminar algunas entrevistas, Gastón decidió acercarse a Julián, buscando una charla más personal. Julián siempre había sido uno de sus jugadores favoritos para entrevistar por su honestidad y humildad, así que pensó que sería una conversación tranquila como las anteriores.
—¿Cómo va todo, Julián? —preguntó Gastón, con su característico tono relajado—. ¿Listo para el próximo partido?
Julián sonrió, aunque su mirada parecía estar en otro lugar. —Sí, sí. Todo bien, Gastón. Ya sabes cómo es, siempre concentrado en lo que viene.
—Te noto distraído, ¿algo en mente? —dijo Gastón, notando la leve tensión en el rostro de Julián.
Julián vaciló por un segundo, y ahí fue donde todo comenzó a desmoronarse. Sin pensar demasiado, soltó algo que haría que Gastón viera todo de otra manera.
—No, es que... Enzo me dejó un mensaje antes de venir, y no he tenido tiempo de responderle.
Gastón levantó una ceja, confuso por la seriedad en la voz de Julián al mencionar a Enzo. Lo conocía bien, sabía que eran amigos cercanos, pero algo en la forma en que lo dijo hizo que Gastón sintiera que había algo más detrás de esas palabras.
—Ah, ¿Enzo? —preguntó Gastón, manteniendo el tono casual pero con curiosidad genuina—. Están bastante juntos últimamente, ¿no?
Julián se tensó, notando de inmediato su error. Intentó corregirse, pero el daño ya estaba hecho.
—Sí... bueno, ya sabes, somos muy buenos amigos, jugamos juntos, compartimos muchas cosas... —La voz de Julián se apagó lentamente, y sus palabras parecían cargadas de algo que iba más allá de la simple amistad.
Gastón, siendo el observador agudo que era, no pudo evitar sospechar que algo importante se le estaba escapando. Decidió no presionar más en ese momento, pero su mente estaba trabajando a toda velocidad. ¿Era posible que hubiera algo más entre Julián y Enzo? Sabía que los jugadores eran reservados sobre sus vidas personales, pero las piezas del rompecabezas empezaban a encajar.
Con la sospecha sembrada, Gastón se despidió de Julián, pero ya había decidido que necesitaba investigar más. ¿Qué era ese "algo más" que Julián estaba intentando ocultar?
Al irse del predio esa tarde, la idea de que Julián Álvarez y Enzo Fernández podían estar involucrados sentimentalmente no dejó de rondar en su cabeza. Era una posibilidad que no había considerado antes, pero ahora que la tenía en mente, cada pequeño detalle parecía confirmar su intuición. No tenía pruebas concretas, pero su instinto de periodista le decía que estaba a punto de descubrir algo grande.
La pregunta ahora era: ¿cómo manejaría esta información? Sabía que tenía que proceder con cautela. Si resultaba ser cierto, no quería traicionar la confianza de los jugadores ni exponer algo que no estuvieran listos para revelar. Sin embargo, la verdad siempre tenía una forma de salir a la luz, y Gastón estaba decidido a seguir esta pista, fuera a donde fuera.
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El secreto en el vestuario
FanfictionGastón Edul descubre accidentalmente la relación secreta entre Julián Álvarez y Enzo Fernández. Entre la ética profesional y la lealtad a los jugadores, Gastón debe decidir cómo manejar una verdad que podría sacudir al mundo del fútbol.