La Fiesta de la Reina
»»————- ★ ————-««Y ASÍ EL INVIERNO EMPEZÓ
El tiempo pasó tan rápido que ya llevaba dos años en Cintra. En un inicio, no fui bien recibida por el pueblo, y tampoco por la hija de sangre de la reina. A los ojos de muchos, yo era la niña bruja, aquella a la que temían, una extraña que había llegado a un lugar que no me pertenecía. Pero todo eso ya se sentía lejano.
Hoy es mi cumpleaños, número cuatro.
Miré por la ventana de mi habitación, donde el frío del invierno se filtraba a través de los cristales. Las calles de Cintra estaban cubiertas por una ligera capa de nieve, y el bullicio del mercado se escuchaba a lo lejos. Ya no me escondía como antes, pero el pueblo aún me veía con recelo, y la hija de la reina, Calanthe, nunca me dejaba olvidar que yo no pertenecía a este lugar.
Los días aquí eran distintos, llenos de reglas, enseñanzas y cortesías que me costaban aprender. Pero hoy, en este día especial, mi mente volvía a esos recuerdos de lo que había dejado atrás: el refugio, Geralt, y la vida que me fue arrebatada.
La puerta de mi cuarto se abrió suavemente y entró una de las sirvientas.
—La reina ha pedido que te prepares para la cena de esta noche —me dijo, mientras dejaba un vestido nuevo sobre la cama. Era hermoso, pero no me importaba.
Asentí, aunque una parte de mí desearía que todo fuera diferente.
21 de diciembre. El día de mi cumpleaños y también el banquete donde buscarían esposo para Pavetta. Sin más, tomé camino hacia mi bañera, dejando que el silencio del castillo me acompañara. El agua caliente cayó sobre mi cuerpo, relajando mis músculos tensos, pero no mi mente.
Mientras me bañaba, no podía dejar de pensar en cómo este día, que solía ser especial solo para mí, ahora compartía espacio con un evento tan importante para la familia real.
Al salir del baño, no perdí tiempo y me dispuse a ponerme ese lindo vestido lila, adornado con mucha pedrería que brillaba bajo la luz tenue de la habitación. Por un instante, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro, pero inmediatamente la borré. No era el momento de sentirme feliz.
Mientras ajustaba los últimos detalles del vestido, mis recuerdos comenzaron a revolotear en mi mente, como si el pasado quisiera recordarme algo que prefería olvidar. El día en que llegué aquí, las miradas desconfiadas, el frío que sentí al estar tan lejos de lo que una vez llamé hogar... Todo volvió a mí, como una sombra persistente que nunca se desvanecía del todo.
D O S A Ñ O S A N T E S
Una mirada incrédula apareció en mi rostro al escuchar las palabras de la reina Calanthe. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, y sin poder contenerlo, empecé a negar con la cabeza, como si el simple acto pudiera borrar lo que acababa de escuchar. Sentí un nudo formarse en mi garganta, y pronto, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
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El último suspiro de cintra [Geralt De Rivia]
De Todo1 2 5 0 Días de infierno, lágrimas, sangre y muchas muertes de gente inocente. Un par de brujos enamorados sellaron su amor con una pequeña niña, la amaron hasta su último suspiro, una injusticia por los humanos les arrebataron la dicha de criar a...