Capítulo 3

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No puedo creerlo por fin Steve y yo estamos juntos. Su mano Está entrelazada con la mía y ambos nos queremos.

Estaciona su auto en frente de mi casa y abre la puerta del copiloto para que yo pueda salir. Me tiende una mano, la tomo y bajo del auto.

-Gracias por todo- le digo con una voz muy calmada a pesar que el corazón me late a mil por segundo.

-De nada, fue una noche maravillosa

abro los ojos y recuerdo que la cajita de cupcakes sigue en el auto así que la saco y le dedicó una pequeña sonrisa a Steve.

Mientras se aleja de mi casa con su auto, sacó las llaves y abro la cerradura.
La casa está oscura, lo cual es muy extraño, mis padres usualmente dejan encendidas las luces de la sala y la cocina.
Silencio, eso es lo único que llena la casa ademas de un aroma extraño.Observo el reloj de la sala, son las 11:47pm.
Subo las escaleras, pero me detengo a mitad de estas para pensar donde pueden estar mis padres. Quizás se encuentren en su recamara.

Quizás estén en aquella habitación que más de una vez me trajo alegría y misterios; alegría por los mil y un recuerdos hermosos que viví junto a mis padres y misterio por los increíbles secretos que seguían a esa felicidad.

No hay manera, deben estar allá.
Subo a la segunda planta y observo la puerta que conduce a la habitación. La abro y me sorprende no encontrar a mis padres como siempre, pelando y gritando. Por lo contrario, todo esta oscuro y un olor fétido penetra el lugar. El interruptor para poder encender la luz se encuentra al otro lado de la recamara, por lo cual, me veo obligada a cruzarla.

Pasos lentos pero seguros, la madera del piso rechina y una ráfaga de viento entra a la habitación.Siento una corriente que me eriza la piel y empiezo a sentir una presión en el pecho.
Tanteo todo lo que hay a mi paso y al encontrarme con la que parece ser la mesa de noche de mis padres empiezo a revisar los objetos que se encuentran encima de ella. Al parecer hay hojas desordenadas y lápices con mucha punta. De repente siento un filo que roza mi dedo anular, y empieza a correr un líquido desde mi dedo hacia la muñeca, evidentemente, sangre muy pero muy tibia.
Sigo avanzando y al fin doy con el interruptor.
Una luz blanca me ciega la vista, a los pocos segundos mis ojos se acostumbran y empiezo a distinguir un líquido rojo y fresco en el piso el cual conduce al armario.

Mis manos empiezan a temblar de una manera que nunca antes había experimentado, mi sangre empieza a enfriarse y una gota de sudor fria resbala desde mi cabeza hacia mi cuello, empiezo a caminar, paso por paso.
La madera cruje y empiezo a sentir un frío que recorre toda mi espalda, mi piel se eriza.
Mientras mas me acerco al armario, más se percibe aquel aroma tan horrible, mi estomago se revuelve y empiezo a perder el control de mi cuerpo. Tomó la manija del armario, abro las puertas y me encuentro con una escena horrorosa.
De repente mis piernas caen al suelo y caigo en un profundo sueño del cual dudo volver a despertar.


Sólo un día.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora