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–Hola~ –Entró el rubio con una gran sonrisa.

–¡Papá! –Gritó emocionado y el rubio se acercó a abrazarlo.

–Cómo estás cariño.

–Bien, papi dice que si sigo así podré volver a casa.

–No sabes lo felices que estamos por verte salir de aquí mi niño. –Sonrió, pasaron la tarde hablando, el niño hizo algunos dibujos, hasta después que su papi salió con una enfermera para su chequeo.
 
–Papi tardará mucho.

–No cariño, enseguida regresa. –Beso su cabeza y el pequeño siguió dibujando, cuando su papi regresó estaba acompañado por un doctor.

–Es hora de tu medicina pequeño, listo. –Asintió.
    
–Soy un niño fuerte.

–Lo eres. –Sonrió y le administró el medicamento en el suero, el pequeño soltó un jadeo al sentir como ingresaba a su cuerpo. –Muy bien Jin, hoy no lloraste. –Sonrió el hombre mayor, después de hacer una reverencia se retiró, el pequeño se estaba recostando, el medicamento siempre le daba sueño.

–Nos vemos mañana mi amor. –Hablo su papi dando un besito en la mejilla haciendo que el pequeño sonriera quedándose dormido por fin.

–Listo. –Asintió y salieron, los guardias volvieron a su lugar al lado de la puerta y salieron ya estaba oscuro.

–¿Qué dijo el médico?

–Sobre mí o sobre el bb.

–Ambos.

–Jinnie está mejorando con el nuevo medicamento que es más fuerte y duele un poco, lo bueno es que le da sueño y no llora con el dolor y sobre mi que la herida está bien pero que no puedo hacer cosas.

–Es un alivio, me mataba verlo intentar retener las lágrimas cuando le ponían el otro
Suspiro sintiendo un gran peso salir de sus hombros, ambos se subieron al auto y los llevaron a casa.

–Voy a cambiarme, tengo una reunión, tenemos una reunión, me a veces sumamente sospechoso que una de esas ratas avariciosas del gobierno nos contacte, amor asegúrate que un gran equipo venga con nosotros, también que uno pequeño quede oculto por si acaso.

–Si cariño. –Sostuvo su cintura y beso su boca para entrar y preparar a los hombres, él entró también y cambió su ropa por algo más cómodo, oculto algunas armas entre su ropa y salió pasando una mano por su cabello.

–Ya estás listo amor. –El otro volvió y casi tiene un paro cardíaco.

–Amorcito, te ves tan bien, que me dan ganas de quitarte la ropa y empotrarte contra una maldita pared y joderte hasta el cansancio Sostuvo su cintura apegándose a él

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–Amorcito, te ves tan bien, que me dan ganas de quitarte la ropa y empotrarte contra una maldita pared y joderte hasta el cansancio
Sostuvo su cintura apegándose a él.

–Ya estás duro. –Río fuertemente llevando su mano a la entrepierna de su esposo. –Mmh tan duro cariño, que podría hacer. –Llevó su una de sus manos a su barbilla fingiendo pensar. –No se me ocurre nada. –Hizo un puchero por lo que el otro se rió.

–Estoy seguro que puedes hacer muchas cosas, como por ejemplo… –Bajo los pantalones de su caliente esposo y alzó una de sus piernas, casi poniéndola sobre su hombro. –Mmh estás húmedo. –Sonrió y rápidamente sacó su polla de los pantalones penetrando a su pareja de una sola estocada. –Aprietas tan delicioso mi amor. –Comenzó a moverse lentamente golpeando su pelvis contra los glúteos de su esposo.

–Que rico lo haces Binnie. –Se sostuvo de su cuello dejándose hacer, sentí como su esposo se abría paso dentro suyo era jodidamente exquisito.

–Súbete mi amor.

Sonrió y abrazó la cintura de su esposo con sus piernas y este comenzó a joderlo lenta y profundamente, sostuvo sus glúteos y siguió penetrando cada vez más rápido, los sonidos obscenos que se escuchaban en todo el pasillo era la puta gloria.

–Harás que me corra mi amor. –Sonrió y se movió junto con su esposo sintiendo como entraba más profundo dentro de él. –Siento que llega a mi estómago. –Gimió tirando atrás su cuello y sin perder tiempo pegó su boca al blanco cuello de su pareja dejando un chupetón.–No me marques el cuello. –Gruño apretando los fuertes brazos de su pareja.

–Tarde. –Susurró y siguió moviéndose. –Voy a llenarte de leche. –Sonrió y siguió penetrándolo hasta que su semen comenzó a llenar el interior de su pareja, gimió complacido sintiendo como la caliente esencia de su pareja lo llenaba, para después dejarlo en el suelo. –Mira como te tiemblan las piernas. –Se mordió el labio, miró abajo viendo como el líquido caliente bajaba por sus piernas. –Tenemos que hacer que te corras también. –Se acercó y lo abrazó por detrás sosteniendo su pene en su mano y comenzó a mover su mano rápidamente haciendo gemir a su lindo esposo, quien no tardó en venirse abundantemente. –Así bebé. –Sonrió frotando su glande rojizo. –Ya estás, te esperaré fuera para irnos. –Sonrió llendose

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⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

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