SEVERUS SNAPE

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La mirada que Severus le dio a su antigua amiga Lily Evans fue de decepción, desde hacía meses notaba el cambio en ella, pero su afán de no quedarse solo, de tener a alguien con quien podía ser él y no portar la máscara de indiferencia, lo obligaron a cerrar los ojos ante la realidad que lo golpeó con fuerza.

Lily le prestó su libro de Pociones Avanzadas a James Potter, el chico que desde que se encontraron en el vagón del Expreso de Hogwarts le hizo la vida imposible, por una simple respuesta sin contexto, el azabache de ojos marrón decidió catalogarlo como un sujeto de cuidado. Si hubiese preguntado, si le hubiese dado el tiempo de explicar porque quería estar en Slytherin, quizás no estarían en esta situación, pero como bien dicen, el "hubiese" no existe, lo que fue, fue y por algo ocurrió.

Tal vez esto era necesario para darse cuenta realmente como era la persona en la que tanto confiaba. Lily demostró con arrogancia que podía ser tan cruel como cualquiera de los Merodeadores, no se dio el tiempo de analizar el contexto ni de ponerse en sus zapatos, quien después de ser expuesto públicamente puede contener su ira. Severus era consciente de que cometió un error al llamarla Sangre Sucia, más cuando ella lo traicionó dándole las herramientas a Potter para que lo atacara.

La respuesta de Evans fue al mismo nivel, pero más hiriente, ya que dio a conocer verdad sobre como vivía Severus Snape en el mundo muggle. Pronto los secretos bien guardados de la relación familiar entre Tobías, Eileen y él, salieron a flote. El abuso físico y psicológico del que era víctima, el alcoholismo de su padre, el repudio de los Prince a Eileen, y el estado de miseria en que vivían. No obstante, su discurso cerró con una afirmación que obligó a James Potter a intervenir, no era bueno que se supiera la postura de Dumbledore y Slughorn sobre los Slytherin, empero, ya las palabras habían hecho mella en los estudiantes de la Casa Verde, «Un proyecto de Mortífago sólo merecía castigo y la cárcel».

Ahora, frente a la pelirroja que significó tanto para Snape, el sentimiento de abandono era sofocante, intentó mantener la calma y con ella la máscara de indiferencia que aprendió a llevar desde de niño. Dependiendo de esta conversación, la decisión que le pareció la correcta se cristalizaría.

—¿Qué quieres Snivellius? No tengo tu tiempo para escuchar falsas acusaciones sobre que robé tus hechizos o que Remus es un hombre lobo.

Severus enarcó una ceja y sonrió de medio lado, la niña de la que se hizo amigo a los nueve años, había crecido.

—¿Deseas Veritaserum para confirmar mi versión? —repuso en voz baja mostrándole los arañazos que sufrió en su pecho y garganta—. Lupin es un hombre lobo y por la trampa que me tendió Black, casi me mata.

—Bien dicho: ¡Casi! Agradece que James te salvó, deberías besar el suelo que pisa.

Snape negó con la cabeza, así que Lily lo sabía, conocía el secreto de los Merodeadores y eso la acercó al cuarteto de acosadores de Hogwarts.

—Severus, si deseas mi perdón, acepta la deuda de vida con James, lo cuidarás y servirás hasta que él decida que ya le has pagado.

La ronca risa del Slytherin resonó en el pasillo, una obligación que lo llevaría a humillarse por completo ante los Gryffindor si antes los miembros de su casa no lo asesinaban por estar lamiéndole las botas a un traidor de sangre.

—¿Desde cuando sales con Potter?

Lily volteó el rostro, pero fue visible el sonrojo, se recompuso con rapidez y enfrentó los ojos ónix en los que buscó aquello que siempre Severus le brindó, tristemente no encontró nada.

—Sabes que jamás podré amarte, fuiste un apoyo, una guía, pero jamás me enamoraría de alguien con tus características.

Snape sabía que en apariencia James y Black siempre llevarían la delantera, más cuando el cuatro ojos de Potter le rompió la nariz que Tobías ya había desviado, además, era demasiado delgado por la desnutrición, la piel cetrina y la falta de un buen producto de aseo para el cabello daba la impresión de que estuviese sucio o grasoso. Sus ropas eran remendadas, los zapatos muy grandes, la mayoría de sus libros pertenecieron a su madre, y si portaba un uniforme que era medianamente presentable desde el tercer año, fue porque Lucius Malfoy y Narcissa Black lo apadrinaron por la ayuda que les brindó con pociones cuando ella se enfermó con Viruela de Dragón.

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora