Capítulo 24

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—¿Estarás bien así? Realmente no tengo tiempo para bajarme y prepararte la comida y-

—Tranquilo, Lio, puedo pedir algo para los dos. —Le dijo al apretar su mano, Lionel lo observó con un mohín, mientras se acomodaba al bebé con un brazo—. Aún tengo esa lista que pasaste con todo lo que no debe comer, así que ve tranquilo. Es mi último día de descanso, puedo apañármelas solo.

—¿Seguro?

—Estoy seguro, no te preocupes—Picoteó sus labios antes de abrir la puerta de su auto, sabía que el mayor no estaba contento con la idea de irse así pero ya eran más de las ocho y Lionel no quería llegar tarde—. Como es viernes, ¿Qué te parece si vamos a cenar juntos en la noche? Si no llegas cansado, por supuesto.

—Hmmm, ya veremos.

—Te amo.

—Yo también, adiós patito, pórtate bien—El bebé soltó una risita al ser picoteado en las mejillas y se despidió lanzándole un beso—. Cuídense.

—Tú también, Lio.

—¡Llámame si ocurre algo! —Se despidió con una mano, viendo el auto alejarse a través de la vía. Bajó al niño y tomó su mano, entrando al complejo de departamentos y dirigiéndose al ascensor.

Cambiaría al niño por un conjunto más cómodo y luego él haría lo mismo, podrían comprar su desayuno en la panadería que estaba a unas cuadras y luego pasar la tarde viendo caricaturas o jugando. Marcó el botón y centró su mirada en el pequeño, Ciro lo observó con la boca abierta y alzó sus brazos, abriendo y cerrando sus pequeños puños.

—Estás bastante mal acostumbrado—Le dijo al alzarlo, viendo como hacía un puchero—. Dormiste toda la noche y ya te cansaste de caminar. ¿De qué estás cansado? ¿De ser tan bonito?

El bebé gorjeo algo y resopló, antes de estornudar de una manera graciosa, haciendo reír al alfa. Salió del ascensor y se dirigió al departamento del mayor, que como siempre, estaba impecable.

Dejó a Ciro en el suelo y caminó hasta la habitación del pequeño, este siguiéndolo con una mano aferrada a su pantalón.

>>Veamos, está haciendo frío, así que debemos buscarte un abrigo. —Abrió el closet del pequeño y soltó una risita al encontrar algunas prendas bastantes cómicas—. 𝐶𝑖𝑒𝑙𝑜𝑠, ¿Por qué nunca te he visto con esto puesto?
Tomó el sombrero y se agachó para colocárselo, estalló en risas en su lugar al ver lo adorable que se veía con aquél sombrero con orejas de conejo. Sacó su teléfono y le tomó varias fotos, soltando risitas agudas cuando él pequeño hacía algún gesto.

>>Eres tan bonito... —Se quejó, desabrochando el sombrero y acomodando su cabello castaño—. Oye, Ciro, ¿Qué tal tener un hermanito? ¿O una hermanita? Lio es el de los genes dominantes, así que si él y yo tenemos un bebé, se parecerá a ti.

Se llevó la mano al pecho, imaginando aquello, podría comprarles trajes de animales o caricaturas combinables y llevarlos de paseo. Por no mencionar que eso conllevaría ver a Lionel encinta, por el gusto del mayor seguro llevaría camisas más grandes en colores que se le verían adorables y-

—Ishe... —Se limpio la baba de manera disimulada, sacudiendo la cabeza.

𝐴𝑙 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑒, 𝐺𝑢𝑖𝑙𝑙𝑒𝑟𝑚𝑜 𝑂𝑐ℎ𝑜𝑎.

—No por ahora, ¿Verdad? —Sonrió, acomodándolo frente a él—. Aún estás para que te consientan y te malcríen, bonito. Yo pienso hacerlo mucho, pero no se lo digas a tu Papá, puede enojarse.

Besó su nariz una vez, viéndolo carcajear en su lugar de una manera adorable.

—Papá...

—Sí, tu bonito Papá—Se levantó y tomó varias prendas, agachándose para quitarle la pijama al niño y comenzar a vestirlo—. Tu cabello está realmente largo, mañana deberíamos ir a que lo corten.

Rumores (Guillermo Ochoa x Lionel Messi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora