CAPÍTULO 9

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Edén, tiempo actual

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Edén, tiempo actual. 

Grant se arreglaba los pantalones, salía de una de las habitaciones para llegar a la oficina principal, el Edén era un sitio completamente diferente a lo que era el Hades, el paraíso para cualquier alfa con la mente retorcida. 

Entra y observa a Aron quien le lanza algo, toma el bolso de cuero y de ella saca un guante que simula una mano con incrustaciones de metal. 

—¿Qué es esto? —pregunta curioso.

—Un obsequio de uno de nuestros aliados.  

—Buen detalle.

—Supongo —responde indiferente, sobre la mesa forma unas líneas de polvo blanco, se inclina e inhala. 

—Luego les agradeceré, quizá les envíe un omega como buen acto. —dice probándose el guante, luce bien. 

Camina hasta llegar a la repisa y sonríe con malicia al ver una pelota de golf, tiene la letra H grabada con perlas de color rojo, Aron le observa con indiferencia. 

—¿Por qué sigues con esa mierda? ¿Qué no la habías tirado? 

—No, este es el recuerdo de cuando logramos tener la pieza fundamental para todo lo que planeamos, ¿quién diría que el tonto de catorce se afearía tanto a esta mierda? —ríe con burla recordando cuando dijo que era por una tonta fiesta de cumpleaños, para él fue tan gracioso verlo pelear por esa pequeña pelota. 

Aron se sienta en uno de los finos sillones —¿Cuánto crees que tarde el tonto de Zayn en morir?

—Tres o cuatro días…

—Bien, regresaremos en cuatro o cinco días, quiero que el maldito muera lento, que el estúpido de catorce lo vea perecer y no pueda hacer nada, ahora si comprenderá que no estamos de juego. Tardamos mucho en hacerle saber que nosotros somos quienes estamos a cargo y ahora con el chip no le quedara más que obedecer.

Grant vuelve a sonreír malévolo —Buen plan, quizá regresemos cuando Louis este a punto de morir y seamos su maldita mala suerte para seguir con vida. 

Aron se quita la corbata que lleva puesta, se acomoda en el sofá abriendo las piernas, refriega su nariz, sus ojos están rojizos —El ruso teme que por los choques haya sucedido alguna mierda con los chips, así que cuando regresemos debemos ponerlos a prueba a ver si funcionan. 

—¿Y cómo se supone que harás eso? 

—Fácil, llevaremos un omega que tenga su celo y lo haremos pasarla con él o ella y quizá tengamos algún dependiente con su sangre, el legado continuará. Si vuelve a negarse le implantarán uno mejor, la última tecnología /donde los nano transmisores llegaran justo a su cerebro. Nos obedecerá, quiera o no, ya no habrá opción. 

Ambos sonríen un aroma dulzón, les llega —Hay que continuar con la celebración —dicen luego de tomar un par de copas y salir nuevamente. 

Alekséi aprovechó el desenfreno, enviando al soldado que estaba de su lado a dar una rápida información a los límites para que fuera entregada a Dimitri. Lastimosamente, no pudo hacer más que encerrar en una habitación a los omegas más pequeños, sentía asco de todo aquello, pero ahora con todos estos alfas por todos lados, guardias y soldados, si intentaba sacar a alguno de los niños se darían cuenta fácilmente. 

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