Capítulo 40

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🥀

Jungkook

¨El retorno de los Demonios¨

Salgo del bar y subo a mi Tesla, enciendo el motor sintiéndome mareado, quizás no por el alcohol, quizás no tenga nada que ver que por segunda vez siento que he perdido lo único que realmente quiero a manos de alguien a quien no puedo asesinar, no mientras sea la hija menor de uno de los gobernantes más importantes del gobierno Estadounidense, pero no se trata de ella, siempre será el.

Conducir por las calles de Nueva York por la noche, envuelto en la tristeza de haber perdido a quien amo, es como atravesar un laberinto de luces que parpadean sin ofrecer ningún consuelo. Las avenidas, usualmente vibrantes y llenas de vida, parecen frías y distantes, como si la ciudad misma me ignorara, ajena a mi dolor.

El sonido de las bocinas y el murmullo constante de la ciudad se mezclan con el latido pesado de mi corazón, creando una cacofonía de la que no puedo escapar. Los faros de los autos que pasan a mi lado parecen resbalar por las lágrimas no derramadas, y cada señal de tráfico iluminada se convierte en un recordatorio de la dirección equivocada que tome.

El volante en mis manos se siente inerte, un peso muerto que no responde a los impulsos de mi corazón. Miro por la ventana y veo reflejos de personas caminando por las aceras, rostros borrosos que se mezclan con los recuerdos de lo que estoy a punto de perder. Me pregunto cuántos de ellos también cargan con su propio dolor, cuántos están tan rotos como yo, pero la respuesta no importa. Nada lo hace.

Las luces de los rascacielos se alzan hacia el cielo, pero en lugar de inspirarme, sólo me hacen sentir más pequeño, perdido en una ciudad que se extiende interminable. La tristeza me envuelve como la bruma que cubre el río Hudson, haciéndome dudar de cada decisión, de cada palabra que no dije, de cada momento en que pude haber hecho algo diferente.

Conduzco sin rumbo, porque el destino no importa. Lo único que quiero es escapar de la presión en mi pecho, pero no importa cuánto acelere, no puedo dejar atrás el vacío que me consume. La música de la radio, normalmente un refugio, es solo ruido ahora, incapaz de penetrar la niebla de mi mente.

Finalmente, me detengo en un semáforo en rojo. Las luces de neón reflejadas en el parabrisas pintan patrones en mi rostro, y en ese momento, la verdad golpea me con fuerza: he perdido algo que quizás no pueda recuperar. El amor, esa fuerza incontrolable que solía guiarme, ahora se siente distante, como una estrella fugaz que viste brillar solo para verla desaparecer en la oscuridad.

El semáforo cambia a verde, pero me quedo quieto por un instante más, sin saber si tengo la fuerza para seguir adelante. Y cuando finalmente arranco, lo hago sabiendo que la ciudad seguirá girando, indiferente a mi dolor, mientras me hundo un poco más en la tristeza de un amor que se puede terminar cuando apenas estaba iniciando.

Estaciono el auto frente al departamento de Jessia, agradezco infinitamente que este en el primer piso, en mi estado no se si pueda subir escaleras o un puto ascensor, escaneo los alrededores dándome cuenta de los hombres esparcidos en lugares estratégicos, los hombres de Alexandre, sigue cuidando de su hijo, aunque no estén en el mismo continente.

Si Emily viera en lo que me he convertido, si hubiese escuchado las palabras que dije, sé que ella si hubiese cumplido su palabra, ella me hubiese pegado un tiro, y jodidamente es lo que merezco, así como ella lo dijo, siempre destruyo las cosas, no me di cuenta de lo que decía, todo por ese maldito arranque de celos e ira, sí, estoy celoso, malditamente enojado, y tengo todo el derecho de estarlo, solo debí escucharlo.

El amor que siento por él me ha quitado el razonamiento, mi versión adolescente ha regresado acompañada de aquellos demonios que hace tiempo no enfrentaba, el alcohol y el sexo solía ser reconfortante, lo usaba para mantenerme ocupado y no dejar salir esos comportamientos y pensamientos sociópatas que siempre me atormentaban, pero que desde que el esta se ha mantenido quietos y distantes a excepción de esas veces cuando le hacen daño.

INFIEL Y MENTIROSO +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora