Era obvio que el destino estaba en mi contra.
Ahora, la sonrisa del chico no era intensa, sino burlona. Tomé asiento, el cual era muy estrecho. Él me miraba como si me quisiera preguntar algo, y entonces soltó:— ¿Qué haces aquí?
¿Cómo que qué hago aquí? Ni disculpas ni nada, no, me pregunta que qué hago aquí como si fuera la primera persona en viajar a Londres o, peor, como si fuera la única persona en el avión.
—Me mudo a Londres —respondí.
Él siguió sonriendo con cara burlona.
A mí me puso nerviosa. Muy nerviosa. No podía ni siquiera aguantarle la mirada tres segundos, estaba temblando de arriba abajo sin razón alguna.
—¿Cómo te llamas?
—Stella. ¿Y tú?
—Arden.
Arden. Era un nombre bonito.
Como él.
Estoy totalmente en desacuerdo.
Arden me había preguntado que qué hago aquí, así que supongo que será mi turno. Y está claro que no lo voy a hacer porque quiero hablar con él, sino porque tengo educación y le quiero preguntar también. Exacto.
—¿Y tú? ¿Qué haces tú aquí? —pregunté.
Era evidente que era inglés por su acento británico, por lo tanto, lo más probable es que ahora esté de regreso a su ciudad, la cual también será la mía en unas horas. No me lo quería volver a encontrar, pero obviamente no me venía naaada mal empezar a conocer gente.
Me miró sonriendo, tal como lo había hecho hace unos instantes al sentarme junto a él.
—Vivo en Londres y vine a pasar unos días en Dublín. ¿De dónde eres tú? Ah, espera, ya sé. Eres de Dublín.
—Pues no, no soy de Dublín —reí.
—Vale. Déjame adivinar. ¿Limerick?
—No, —negué— pero está muy cerca.
—¿Ennis?
—Aproximadamente a una hora de allí, así que por poco.
—Galway.
—Sí, soy de Galway.
—Galway es una ciudad preciosa, ¿qué se te ha perdido por Londres para tener que dejarla?
—No sé, sin duda me hacía falta un cambio y en Londres me siento bien. Es esa ciudad a la que le acompaña una melodía alegre y bonita, como la que crea un guitarrista callejero. No voy a echar de menos a Galway, aunque quizás si a mis pocos amigos. Además, desde pequeña fue mi ciudad favorita, mudarme allí no es un sueño de ahora, es de toda la vida. Quiero descubrir todos y cada unos de los lugares de esa ciudad y hacerla... mi ciudad. Aunque creo que lo lleva siendo mucho tiempo, al menos eso es lo que siento.
—Sí, Londres es una ciudad increíble. Amo el ambiente, sinceramente es mi cosa favorita de allí. Has dicho que quieres descubrir todos los lugares de esa ciudad, ¿verdad? Bueno, yo te puedo enseñar algunos. Hay museos, parques, teatros y cientos de sitios que no te puedes perder.
En ese momento, el avión empezó a correr y pegué un pequeño respingo.
El viaje no fue tan malo como esperaba, descansé y estuve pensando en lo que Arden dijo. Si iba a ser mi guía esa primera semana, era mejor que me fuera acostumbrando a él.
Lo dices como si te molestara su presencia.
Es que me molesta.
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Liviano: intenta no odiarme
Ficção Adolescente¿Te dejarías llevar por un chico tan atractivo, como desafiante, que acabas de conocer en el proceso de tu mudanza a Londres? Se suele decir que del amor al odio hay un paso, pero poco se habla de que del odio al amor hay unos cuantos. Stella sueña...