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ACTO DOS 💫 CAPÍTULO VEINTISÉIS NEVILLE Y LOS INTENTOS DE ALHENA
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Neville Longbottom siempre había sido un chico inseguro, olvidadizo y torpe, por lo que su abuela era muy aprensiva con él, esperando que de esa manera él pudiera repuntar algún día y ser como tan brillante como su padre. Sin embargo, en su vida había una persona que lo hacía sentir bien sobre él mismo, que lo defendía, lo ayudaba y por sobre todo le hacía sentir especial.
Conoció a Alhena y su familia cuando solo tenía cuatro años, la verdad es que ellos no recuerdan mucho de ese primer encuentro, pero los padres de su amiga lo recuerdan perfectamente. Él lloraba en la calle tras haber escapado de su casa al no entender por qué sus padres no lo reconocían, Alhena junto con su perro, que en ese entonces era joven y activo, se sentaron a su lado y le subieron el ánimo sin saber cómo. Éramos niños, pensaban ellos. No obstante, desde ese día ellos se reunían a jugar y a pasar el tiempo, prontamente sus familias confiaron en la otra y cuando lo necesitaban, les pedían que cuidasen de ellos.
Alhena había estado en importantes eventos de su vida como cuando descubrieron que no era un squib (como todos esperaban en su familia), cada vez que visitaba a sus padres en San Mungo, cuando descubrió su amor por la Herbología y cuando él se enamoró por primera vez... de ella.
Neville también estuvo en eventos importantes de Alhena, cuando descubrió que era adoptada, cuando supo quiénes eran sus padres biológicos, cuando supo todos los secretos que ocultaban en su familia y cuando tuvo su primer novio... que no fue él.
Siempre habían estado juntos, durante el año escolar y durante las vacaciones. Para ellos era normal estar las veinticuatro horas del día juntos, porque así habían crecido. No obstante, Neville de un día para otro dejó de ver a Alhena como su amiga y la vio como alguien que hacía que su corazón se acelerara y que no pudiera pensar en nada más que en lo hermosa que se veía cada vez que cambiaba el color de su cabello.
Él podía vivir con Alhena siendo su mejor amiga, aunque le doliera... prefería eso, a perderla por confesar sus sentimientos. Por lo que por muchos meses no hizo nada más que sólo seguir enamorándose de la metamorfomaga... hasta que llegó cuarto año.
