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ACTO CINCO 💫 CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS ALHENA Y EL REENCUENTRO
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Alhena no quería abrir los ojos, porque sabía que sentiría incluso más miedo que Hermione, a quien escuchaba sollozar frente a ella, y que Ron, quien soltaba improperios sin parar. En un momento sintió que se caería del lomo del dragón, así que abrió los ojos e intentó apretar con más fuerza aunque no sintiera sus manos.
—¡¿Dónde quedó tu «disfruten el viaje»?! —gritó Ron con burla.
—¡Vete a la mierda, Ron! —rió con lágrimas en los ojos.
Pasados unos cinco minutos, Alhena dejó de ver la ciudad bajo ellos y empezó a ver parcelas verdes y marrón, carreteras y ríos que discurrían por el paisaje. Observó a Ron con miedo y quiso preguntarle qué harían, pero las palabras no salían de su boca.
—¿Me lo estoy imaginando —gritó Ron— o estamos descendiendo?
—Ay, no —susurró para sí misma.
—¡Saltemos cuando haya descendido lo suficiente! —propuso Harry—. ¡Lancémonos al agua antes de que nos descubra!
Alhena asintió y gritó «lo que tú digas», y sintió sus manos temblar, pero no sabía si era de miedo o de frío.
—¡Ahora!
Alhena vio que Ron se soltó y lo imitó. Los cuatro jóvenes cayeron en picada y de pie hacia el lago bajo sus pies. Cuando vio que el agua estaba cerca, cerró los ojos por instinto y se sumergió con una fuerza inimaginable, y al sentir que juncos tocaban su cuerpo abrió los ojos y pataleó hacia la superficie desesperada por respirar.
—¡¿Están bien?! —gritó cuando vio las cabezas de sus amigos aparecer.
Pero nadie respondió, estaban demasiado lejos como para poder escucharla. Así que nadaron hasta la orilla opuesta, sintiendo juncos y barros a su alrededor. Tras unos cuantos minutos, se desplomaron, empapados, jadeando y agotados.
Alhena no se sentía capaz de ponerse de pie, estaba agotadísima y sintió que se podría dormir en ese momento. Pero al ver que Harry se ponía de pie con varita en mano y apuntando a su alrededor, lo imitó.
