2. La familia se desmorona

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El timbre de su celular a tan altas horas de la noche solo podía significar algo, Sara y Franco o encontraron a la niña o nuevamente se pelearon y el niño estuvo involucrado, se puso de pie, buscó su levantadora, se puso sus pantuflas.

-¿Puedo quedarme con ustedes?

(...)

-¡TODO ESTO ES TU CULPA! - Grito la castaña

-¿SOLO MI CULPA? - Pregunto molesto con una risa sarcástica - RESULTA QUE ANDRÉS NO SE HIZO SOLO, NECESITO DE UNA MAMÁ Y UN PAPÁ

-SI, PERO NUNCA ESTÁS, NUNCA TIENES TIEMPO PARA ESTAR CON TU FAMILIA PERO SI TIENES TIEMPO PARA ANDAR EN LA OFICINA Y EN VIAJECITOS - Refuto

-Y TÚ PREFIERES CABALLOS EN VEZ DE TU HIJO, AL MENOS LE HAS DEMOSTRADO QUE LO AMAS? - Recriminó antes de recibir una cachetada, la primera que recibía en 18 años, una segunda se vió interrumpida a su reacción

-NO TE ATREVAS SARA REYES, NO SOY EL BOBO DE HACE 18 AÑOS QUE SE DEJABA PEGAR POR TI, LE PESE A QUIEN LE PESE SIGO SIENDO TU ESPOSO Y ME RESPETAS, ¿TE QUIERES QUEDAR SOLA? PUES QUÉDATE - Refuto antes de soltarla y salir de la habitación y azotar la puerta

(...)

No podía dejar de moverse mientras dormía, en aquel sueño si así se podía llamar, sentía como debajo de sus pies no había nada, al mirar hacia el horizonte logro distinguir dos caballos, y recordando las explicaciones de uno de sus vecinos sobre los caballos logro distinguir un pura sangre junto a un criollo que parecían estar enojados entre ellos y en medio de estos había un potrillo, tímido que solo trataba de tapar su cara, sintió en ese instante un revoltijo en su estómago como si ella fuera aquel potrillo, trato de dar un paso pero empezó a caer en un pozo sin fondo, despertó agitada al escuchar “GABRIELAAAAA”

(...)

No tuvo que gesticular ni una sola palabra para que Irene le diera una respuesta clara y concisa mientras ella buscaba a su nieto, ingresó a la habitación y lo encontró llorando sosteniendo la única foto que tenía con Gaby, una donde un Andrés de 4 años y medio estaba acostado al lado de su hermanita mientras ella reía.

-No me pidas que me quede - Suplicó entre lágrimas

-Claro que no, antes te voy a prohibir que regreses, no puedes seguir aquí - Respondió la matriarca - Baja tus maletas y me esperas en la camioneta - Ordenó mientras el joven asintió

***

Sentía como su piel hervía por todo lo que estaba pasando, Andrés estaba mal por culpa de ellos, pero no era del todo su culpa, Franco no era precisamente el padre más presente y aunque ante el pueblo sonrieran durante los eventos a los que eran invitados, la verdad era que su matrimonio había acabado hace más de 10 años, habían tratado de mantenerse unidos pero cuando Andrés cumplió 7 años y Gaby seguía sin aparecer, los problemas fueron en aumento hasta llegar a eso, dormir en una misma cama pero sin disfrutar de la compañía del otro.

El que le dijera que ella prefería a los caballos por encima de su hijo fue una ofensa que claramente no le iba a perdonar y más que luego la llamara “Sara Reyes” cuando claramente ya no tenían intimidad y ella tenía claro que él tenía otra porque nadie en su sano juicio viviría tantos años sin probar las mieles de la pasión, el sonido de unos pasos acercarse la hicieron poner de pie y mantener su figura desafiante.

-Deja tus ínfulas de gran señora - La regaño la matriarca de la familia

-¿Qué haces aquí mamá? - Cuestiono

-¿Por qué será? - Respondió con sarcasmo - No voy a permitir que Andrés siga en una casa que en vez de ser su lugar seguro simplemente es el peor de los lugares, el niño se irá conmigo y no va a regresar hasta que te divorcies de Franco o decida recuperar su matrimonio, lo primero que pase - Sentencia

𝐌𝐞𝐫𝐚𝐤𝐢Where stories live. Discover now