Introducción

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Harry Potter y Draco Malfoy llevan 6 años siendo rivales jurados.

Todo comenzo cuando ingresaron por primera vez a Hogwarts, el colegio de magia y hechicería para jóvenes magos. Para ese entonces, ellos tenían 11 años de edad respectivamente, felices por ingresar a uno de los colegios más importantes dentro del mundo mágico. Pero desde el primer día ni para Draco ni para Harry las cosas resultaron de la mejor manera.

Draco Lucius Malfoy, hijo de Lucius Malfoy, un importante mago de sangre pura conocido por la mayoría de los magos de todo el mundo mágico por su amplio linaje familiar y por ser una de las familias más adineradas dentro de la Gran Bretaña mágica. obtuvieron su riqueza ,a través de la herencia, la compra de tierras, y el comercio de bienes y monedas muggles.

El joven Malfoy sabía que el hijo de James Potter un mago también muy importante y reconocido en el mundo de la magia, a quién él ha admirado desde muy pequeño por su fama como uno de los pocionistas más importantes y reconocidos dentro y fuera del mundo mágico, asistiría al colegio donde, Dumbledore, el enemigo político más grande de su padre quién era el director de la escuela, y por el cual su padre estaba decidido a enviarlo a Durmstrang, un colegio que se encontraba en Bulgaria y donde su padre, Lucios, creía que tendría una mejor educación digna de su linaje, esperando también que se mantuviera lejos de aquel viejo mago a quién tanta rabia le tenía su padre. Sin embargo, tanto Draco como su madre, Narcisa Malfoy, se opusieron rotundamente a esa idea, su madre por razones muy diferentes a las de Draco, pues Narcisa simplemente deseaba que su hijo no estuviera tan lejos de casa y de ella, sin embargo, su propósito de Draco era conocer a Harry Potter, el hijo de su ídolo. Deseaba poder tener la oportunidad de conocerlo mejor y hacerse de una amistad con el, para saber como era el hijo de la persona a la que Draco más admiraba después de su padre y de su madre.

Desgraciadamente, para Draco, quién posee un orgullo y ego tan elevado, no acostumbrado a que las cosas no salieran como el quería, se topó con pared al conocer a Harry, quien era todo lo contrario a lo que era él. Draco era un purista de la sangre pura, y contrario a lo que Draco creía, Harry era alguien que no le importaba en absoluto el linaje de ningún mago. Y era alguien  que inclusive  defendía y trataba a muggles y mestizos. Sin embargo Draco había crecido repudiando a los de sangre sucia por la ideología de la superioridad de un mago pura sangre como él que tanto le habían enseñado he inculcado desde niño. Pensando asi qué Harry al ser hijo de James Potter quién también era un sangre pura había educado a su hijo de la misma manera. No conocía mucho sobre la esposa del señor Potter, pero debía ser una mujer con descendencia sangre pura también para asi mantener su linaje de los Potter. ¿Entonces  por qué? Harry Potter termino siendo una decepción para Draco. No entendía como Harry podía defender a seres inferiores como los muggles o mestizos como si fueran iguales que ellos.

Harry Potter había terminado en la misma casa que Draco, Slytherin. Pertenecer a Slytherin significaba que la lealtad y la amistad era lo más importante para ellos, asi como sus ambiciones. Sin embargo, Draco y Harry no representaban para nada a los Slytherin. Las peleas entre ellos era la cosa más natural en todo el colegio de Hogwarts, y aunque siempre era Draco quien comenzaba normalmente cualquier alboroto o discusión entre ellos, no se podía negar que Harry también se esforzaba por empeorar más las cosas, pues a pesar de que se jactaba por ser alguien paciente y pasifico, lograba perder los estribos por culpa de Malfoy, quién era capaz de provocar a Harry sin importar cuanto autocontrol se enorgullecía Harry de tener. Resultando para los dos en constantes detenciones, y reuniones muy seguidas con sus padres y los profesores, y si las cosas eran muy serías, terminaban con el director Dumbledore, algo de lo que el padre de Draco no estaba muy contento al tener que ver seguido a su nemesis.

Pansy Parkinson, quien era la mejor amiga de aquellos dos problemáticos adolescentes,  ella, cansada por sus interminables peleas de sus dos amigos, intentaba siempre por todos sus medios posibles, hacer que sus amigos se llevarán mejor, sin embargo parecía que las cosas entre aquellos dos cabezas huecas, tercos, nunca dejarían sus indiferencias. O al menos eso creía hasta hace poco.

Un día, mientras ella veía agotada, y forzosamente acostumbrada a las discusiones verbales entre sus dos amigos, una grandiosa idea cruzó por su mente, una que hizo que sus ojos brillarán por ver una pequeña luz de esperanza para su tan preciado deseo. Asi pues, decidió hablar con el profesor Snape, jefe de casa de los Slytherin y padrino de Draco, uno de los tantos artos de por las constantes riñas entre a su ahijado y al hijo de de su mejor amiga, Lily Potter, mamá de Harry Potter, quién estaba cansada de ser llamada seguida porque su hijo había vuelto a pelear con el rubio.

—Tengo una brillante idea, profesor —dijo Pansy, al profesor Snape azotando una mano en el escritorio de este. El profesor Snape solo levantó la mirada hacía su alumna sin inmutarse por verla llegar de sorpresa a su oficina y encima golpeando su escritorio mientras el trabajaba calificando unas tareas.

—Señorita Párkinson, ¿es que acaso no le enseñaron en su casa a tocar la puerta antes de entrar? —preguntó el profesor, mirandola con una mirada que asustaría a cualquier otro alumno, menos a Pansy.

—Si, me enseñaron, pero ésto es de vital importancia y no puede esperar a esas nimiedades —contesto Pansy, sin quitar su mano del escritorio y manteniendole la mirada a su profesor. Siguió —Tengo esta idea para hacer que esos dos, Draco y Harry dejen de pelear y puedan llevarse mejor —Pansy esperó  un momento para ver que le contestaba el profesor Snape, sin embargo él solo la miraba sentado desde su escritorio sin decir nada. —¿Qué  le parece ponerlos en una misma habitación solo para ellos dos? —Pansy miraba a su profesor quien solo estaba con sus dedos cruzados por encima de la mesa, escuchando tento y esperando paciente sin expresión alguna en el rostro a que su alumna terminara de hablar. Pansy continúo: —Yo creó que si viven juntos, en un espacio exclusivamente para ellos, hará que con el tiempo, logren hacer un cambio significativo en su relación tan complicada. Necesitan una forma en la que sean forzados a convivir juntos y que pueda ayudarlos a entenderse o al menos tolerarse uno al otro —explicó, moviéndose de una lado al otro frente al escritorio del profesor Snape, haciendo ademanes con la mano tratando de dar a entender mejor su idea—. Y qué mejor que el inicio de este año escolar para empezar desde ya, con este grandioso plan, considero que... Será más que suficiente, y si esto no funciona, nada lo hará y yo prometo rendirme para siempre.

Silencio...

—¿Y cree... —habló el profesor Snape, rompiendo el silencio sepulcral que se había formado, arrastrando las palabras— ¿Que eso serviría para que aquéllos dos engendros que llevan ya 6 años de sus estúpidas discusiones de niños mal criados... pueda este aislamiento  solucionar años de enemistad?¿Señorita Parkinson?

Pansy se quedó en blanco, por un momento habría que darle la razón a su profesor por ese punto. Pero ella era terca, tanto como para no dejar que su última esperanza para hacer que esos dos idiotas tuvieran una última oportunidad de llevarse bien se esfumara, necesitaba ayudarlos y que olvidaran de una vez por todas el pasado, especialmente Draco. Tenía que apostar su última carta por esta última oportunidad.

—Si le soy sincera, no estoy totalmente segura de que este plan vaya a funcionar. Pero tomaré  el riesgo. Y para eso necesito su ayuda, desgraciadamente no puedo  hacerlo sola, asi que por favor, ayúdeme —confesó, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño por tener que recurrir al profesor Snape para ésto.

Pansy tenía una expresión suplicante después de ver que el profesor no habla en un tiempo que a ella se le empezaba a hacer eterno, pero estaba segura que su profesor estaba analizando las cosas.

Después de un rato, que para Pansy fue una eternidad, Snape suspiró fastidiado.

El profesor Snape no podía negar que los conflictos entre sus dos alumnos causaban problemas a su casa. En especial la pérdida de puntos, gracias a eso, Slytherin había perdido demasiados puntos año tras año,  y por eso nunca han logrado ganar la copa de las casas. Sin mencionar el Quidditch, cada vez que ellos jugaban, era un problema seguro después del partido.

—Bien, apoyo su loco plan, señorita Parkinson —contesto resignado el profesor Snape, extendiendo la mano hacía su alumna para confirmar su participación.

Y así, tanto Harry Potter como Draco Malfoy, fueron trasladados a una habitación exclusiva para ellos dos, aislados lejos de las habitaciones de sus otros compañeros. Agregando unos castigos extras; sin quidditch, sin visitas a Hogsmeade y sin vacaciones de navidad. Sin duda, este año sería difícil para ambos.

Continuará...

ENEMY TO LOVERS  (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora