El sol brillaba intensamente sobre el campus de la Academia Crestwood, donde la vida social era casi tan importante como las calificaciones. En el corazón de esta dinámica se encontraba Elowen Blake, la chica que todos deseaban. Su cabello largo y ondulado caía en cascada sobre sus hombros, y sus ojos verdes destilaban una confianza que atraía miradas tanto de chicos como de chicas. Mientras caminaba por el pasillo, cada paso que daba parecía resonar con un magnetismo irresistible. Las mujeres la admiraban, deseando capturar su esencia, mientras que los hombres intentaban llamar su atención con cada broma y guiño.
Rodeada de sus tres inseparables amigas, Liara Roff, Indira Tomas y Ariadna Jackson, Elowen era el centro de un universo de admiración y anhelos. Juntas, formaban un cuarteto imbatible, unidas por secretos y la complicidad de ser populares.
Pero este año, algo cambió. Una nueva chica llegó a la escuela. Zoe Blackwood, una joven de cabello pelirrojo entró al campus junto con sus amigas Lana Kingsley, Sophia Lanfair y su amigo Cody Astor, la presencia de Zoe no pasó desapercibida para Elowen, la mirada de Elowen se posó en Zoe durante la primera clase, un instante que parecía durar una eternidad. Había algo en la nueva chica que la intrigaba; tal vez era su autenticidad o el aire de misterio que la rodeaba.
El ambiente en la cafetería de la Academia Crestwood estaba cargado de energía y murmullos, un torbellino de conversaciones que se entrelazaban mientras los estudiantes disfrutaban de su almuerzo. En la mesa de las populares, Liara, Indira y Ariadna estaban sumidas en una charla animada, riendo y compartiendo historias sobre el último fin de semana. El aroma de la comida se mezclaba con el murmullo de la multitud, creando un trasfondo vibrante.
En una mesa cercana, Zoe, junto con sus nuevos amigos Lana, Sophia y Cody, se acomodaban. Habían hecho un recorrido rápido por el campus y se sentían un poco abrumados por la atmósfera de la escuela. Laurel, una chica que llevaba tiempo estudiando allí y que conocía bien la dinámica social, se unió a ellos. Con una sonrisa amigable, comenzó a explicar cómo funcionaba la jerarquía social en Crestwood.
—Así que, aquí en la escuela, tenemos los populares, que son como la realeza del lugar- dijo Laurel, señalando central donde estaban sentadas las amigas de Elowen- Luego están los deportistas, que siempre tienen su grupo, los músicos que son un poco más alternativos y, por último, los nerds, que son geniales pero un poco más reservados
Mientras Laurel hablaba, las miradas de todos en la cafetería parecían dirigirse hacia un solo punto. El sonido de las conversaciones se desvaneció momentáneamente, como si el tiempo se hubiera detenido. En la entrada, con una presencia que deslumbraba, Elowen Blake hizo su aparición. Vestía una chaqueta de cuero ajustada que acentuaba su figura y un aire de confianza que dejaba claro que era consciente de los efectos que causaba en los demás.
—Y ahí está Elowen —susurró Laurel a los chicos, su voz un tanto reverente.
—Es... muy guapa —murmuró Zoe, sin poder apartar la mirada de la joven.
—¿Estás loca, Zoe? Ella es increíble —exclamó Lana, con un brillo de admiración en sus ojos.
Con un paso elegante y decidido, Elowen se acercó a la mesa de las populares, sintiendo cómo todas las miradas se posaban sobre ella. Su porte era imponente, y una sonrisa juguetona se dibujaba en su rostro al notar el deseo y la envidia reflejados en los ojos de quienes la rodeaban. Se sentó con gracia junto a sus amigas, que la recibieron con sonrisas cómplices y murmullos de entusiasmo.
—Quizá tenga suerte con esa chica —dijo Cody, observando la escena con una mezcla de admiración y desafío.
—Sí, tengan cuidado con ellas. Como dije, son como la realeza. Son chicas difíciles, sobre todo Elowen —advirtió Laurel, su tono lleno de advertencia.
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The Silence Between Us.- Renee Rapp-lesbian
RandomEn el elitista Instituto Crestwood, Elowen Blake era la reina indiscutible de un reino donde la popularidad dictaba las reglas. Con su aire de confianza y su estilo impecable, vivía en un mundo que giraba solo para ella, donde cada mirada y susurro...