Capítulo 11: Lazos que Perduran

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La mañana siguiente, París despertó bajo un cielo despejado, con el sol bañando la ciudad de luz dorada. En el interior de la habitación, Soobin y Kai seguían envueltos en la intimidad de la noche anterior. La cama deshecha y las sábanas enredadas eran testigos mudos de lo que habían compartido, pero en el centro de todo estaban ellos, abrazados, disfrutando de la tranquilidad que solo el amanecer podía traer.

Kai fue el primero en abrir los ojos. El calor de Soobin a su lado lo hizo sonreír antes incluso de que la memoria de la noche anterior lo invadiera. Su corazón se aceleró brevemente al recordar cada toque, cada susurro, y lo que habían significado. Giró la cabeza para observar a Soobin, aún dormido, con una expresión de paz en su rostro que hizo que el pecho de Kai se llenara de afecto.

Con cuidado, para no despertarlo, Kai se incorporó ligeramente y dejó un beso suave en la frente de Soobin, sus labios rozando la piel cálida. Pero en cuanto se apartó, Soobin se movió, abriendo lentamente los ojos, como si hubiera estado esperando ese gesto para despertarse.

"Buenos días," murmuró Kai, su voz suave, cargada con la calidez de la mañana.

Soobin sonrió, aún medio adormilado, y lo atrajo hacia sí, envolviéndolo con sus brazos. "Buenos días," respondió, su voz ronca por el sueño, pero también llena de algo más profundo, algo que Kai no podía evitar sentir también: una seguridad tranquila, el tipo de confianza que viene de saber que la persona que amas está a tu lado.

Permanecieron así durante un largo rato, disfrutando de la simple compañía del otro, dejando que el momento se alargara. No querían pensar en el día que les esperaba, en los compromisos y el inevitable ajetreo de la gira. En ese instante, solo existían ellos dos.

Sin embargo, la realidad no podía ignorarse por mucho tiempo. El teléfono de Soobin vibró en la mesita de noche, interrumpiendo la paz del momento. Soobin suspiró antes de estirar la mano para tomar el teléfono y leer el mensaje. Era de su manager, recordándoles el horario del día: una serie de entrevistas y un ensayo antes del próximo concierto.

"Soobin, tenemos que levantarnos," dijo Kai, aunque su tono no era de urgencia. Sabía que la responsabilidad era importante, pero también sabía lo mucho que ambos necesitaban más tiempo juntos.

"Lo sé," respondió Soobin, dejando el teléfono a un lado y volviendo su atención a Kai. "Pero antes de que lo hagamos…"

Se inclinó y atrapó los labios de Kai en un beso lento y suave, uno que dejó claro que aunque el día pudiera estar lleno de distracciones, lo que compartían siempre estaría presente, sin importar lo que viniera.

Eventualmente, con un último suspiro, ambos se levantaron de la cama, preparándose para enfrentar el día. Mientras se vestían, compartieron sonrisas y miradas que hablaban más que las palabras, creando un pequeño refugio de intimidad en medio del caos de la gira.

Después de vestirse, bajaron juntos al restaurante del hotel, donde los otros miembros del grupo ya estaban desayunando. Yeonjun, Beomgyu y Taehyun los saludaron con entusiasmo, aparentemente ignorando el brillo especial que había entre Soobin y Kai. Aunque los dos intentaron comportarse con normalidad, el brillo en sus ojos y la suavidad en sus gestos era evidente para aquellos que los conocían bien.

Taehyun, siempre observador, fue el primero en notar la cercanía renovada entre los dos. Mientras desayunaban, no pudo evitar esbozar una sonrisa y compartir una mirada cómplice con Yeonjun, quien también había captado el cambio.

"¿Durmieron bien anoche?" preguntó Beomgyu con una sonrisa traviesa, aunque con un tono despreocupado.

Soobin y Kai intercambiaron una mirada rápida antes de asentir, tratando de ocultar la risa que amenazaba con escapar. "Sí, muy bien," respondió Soobin, tratando de sonar casual.

"¿Y ustedes?" Kai añadió, intentando desviar la atención.

"Como bebés," respondió Yeonjun, masticando su tostada. "No hay nada como un buen descanso después de un concierto."

La conversación fluyó hacia temas más ligeros mientras terminaban su desayuno, con la comodidad de la rutina regresando poco a poco. Pero había una sensación en el aire, un sentimiento de algo cambiado entre ellos, algo que era sutil pero innegable.

Después del desayuno, el grupo se dirigió al lugar de ensayo. Mientras caminaban por los pasillos del hotel, Soobin y Kai se aseguraron de mantenerse un poco separados, conscientes de que necesitaban mantener la profesionalidad frente a otros. Sin embargo, en cada momento de tranquilidad, cuando sus miradas se cruzaban, había una promesa silenciosa, un recordatorio de que la noche anterior había solidificado algo entre ellos.

Durante el ensayo, la química en el escenario era palpable. Los movimientos eran fluidos, la energía alta, y la conexión entre los miembros del grupo era más fuerte que nunca. Especialmente entre Soobin y Kai, cuya sincronización parecía haber alcanzado un nuevo nivel de entendimiento.

Al final del ensayo, el manager del grupo se acercó para felicitar a los chicos por su energía y precisión. "Este es el tipo de actuación que queremos ver todas las noches," dijo con una sonrisa. "Si siguen así, esta gira será inolvidable."

Mientras se preparaban para dejar el lugar y regresar al hotel para descansar antes del concierto, Soobin se acercó a Kai, aprovechando un momento en el que los demás estaban distraídos. "¿Todo bien?" preguntó en voz baja, sus dedos rozando la mano de Kai.

"Sí," respondió Kai, sonriendo suavemente. "Me siento… completo."

Soobin asintió, sintiendo lo mismo. Había algo en ese día, en el modo en que habían comenzado, que hacía que todo se sintiera en su lugar. Y aunque sabían que la gira traería más desafíos, estaban seguros de que, mientras se tuvieran el uno al otro, podrían con cualquier cosa.

"Estrellas en la Oscuridad" - SOOKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora