Capítulo 1

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Corazón Destronado.

En este mundo tan incierto las personas viven de forma muy natural, se levantan, van a sus trabajos, regresan a su hogar, una rutina que se repite día tras día, ignorando muchas veces todo aquello sobrenatural a su alrededor. En este mundo tan normal las personas también disfrutan, van a fiestas, a cines, a teatros, incluso a vacacionar en sus tiempos libres, y nadie se preocupa por nada mientras las guerras, el hambre, los cambios climáticos y otros eventos naturales y sobre naturales convergen a la vez.
En un lugar apartado cerca de Camber Sands, Inglaterra, una familia llora la pérdida de un familiar, alguien muy querido por todos, una persona que siempre dedicó su vida a combatir la injusticia y lo mal hecho. El Señor Edgar, a la avanzada edad de 97 años había fallecido, y bajo un cielo de color carmesí su bisnieta de tan sólo 19 años, contempla su tumba y da rienda suelta a sus lágrimas, marcando así para ella y sus familiares, una época de dolor.

Brooklyn - New York, 17 - diciembre - 2023
En una pequeña y tranquila localidad de la gran manzana, en el fondo de un barrio humilde y en lo alto del edificio número 712, vivía un joven, el cual, llevando una vida como los demás ciudadanos, destacaba por su forma amable de ayudar a todo aquel que lo necesitase. Trabajaba incansablemente repartiendo paquetería y mensajería, todo para terminar de pagar sus estudios en la universidad.
El joven llegó a su departamento, al abrir su puerta se encontraba el mismo oscuro, vacío y triste sitio donde vivía, sin más compañía que las arañas que regían su tela en el techo de este antiguo edificio. El muchacho dejó sus cosas del trabajo en un sillón, tomó un paquete que se encontraba encima de una vieja mesa, y salió viendo su teléfono, se colocó sus audífonos mientras descendía por las escaleras, y seleccionando una música del género electrónica, comenzó a caminar por las calles.

Era ya de tarde, las palomas que visitaban Central Park volaban por encima de los altos edificios de la localidad, y el joven les veía pasar por los altos cielos mientras caminaba y por su mente pensaba -cuán hermoso sería tener alas y volar en libertad. -El chico se dirigió hacia una zona residencial en la calle Montague ST, él mientras escuchaba música con sus auriculares veía pasar a las personas a su alrededor, tantas vidas, tantas historias y cada una tan distinta a la anterior.

Al pasar por una pequeña tienda ubicada en la parte baja de un edificio, cuyos cristales transparentes daba a ver que era un centro donde se vendía ropa, al entrar, un señor mayor se le acerca y con voz amigable le saluda con un fuerte abrazo.
-Archie, chico, ya pensaba que no vendrías hoy.
-Hola ¿Cómo está señor Louie? -sonriendo le abraza fuertemente.
-A la verdad chico, ya estoy bastante avanzado de edad -responde Louie como si sus 78 años de edad le pesarán más de 90.
-Yo le veo en perfecto estado -dice Archie sonriendo nuevamente y dejando encima del mostrador un paquete que contenía Donas -aquí le dejo esto, hoy ha trabajado muy duramente señor.

El anciano sonriendo también, mira el paquete de Donas que le habían traído, pero, rápidamente su rostro entristeció al pensar cuanto habría gastado en aquello, más lo que tuvo que caminar para comprarlas y traerlas hacia la tienda.
-Pequeño tonto, ¿cuántas veces te he dicho que ahorres tu dinero para la universidad, en ves de gastarlo en estas cosas? -frunciendo el ceño -el dinero no te alcanza siquiera para coger transporte.
-Es sólo una muestra de agradecimiento -le interrumpe mientras hablaba -no cualquiera recoge a un bebé de la basura, le cría como a un hijo, le da un hogar, un lugar para vivir y un empleo, eso lo sabe usted bien. Pienso yo, que todo aquello que haga, no será nunca suficiente para pagarle cuánto me ha dado... al menos eso creo.
-Mi muchacho -se le acerca y con una mirada de padre coloca su mano en el hombro de Archie -sólo hice lo que se debía hacer y mírate... ya tienes 22 años, y dentro de un par de años más heredarás este lugar.
-se... señor, no -con una voz temblorosa -usted tiene familia, ya bastante ha sacrificado por mí.

El señor Louie acercándose a los cristales del frente, vaja un panel de metal para luego asegurarlo debajo, ya que se disponía a cerrar el lugar.
-Hay... muchacho -volviendo donde Archie, sacaba de sus bolsillos la llave para cerrar el local -en esta vida hay mucho más que sólo esto, y tú, cuidarás bien de la tienda.
-... gracias señor Louie -responde el joven apenado.

De pronto, suena la campana de la puerta delantera, lo que indicaba que alguien había entrado al local. Un hombre muy delgado, con ojos pequeños y una barba un tanto larga de color oscuro, el señor vestía de forma muy elegante, un traje completamente de color blanco, él aparentaba ser poseedor de una muy buena fortuna al vestir ropa de clase.
-Muy buenas tardes... bueno, casi noche -ríe curiosamente.
-Buenas -respondió a secas el señor Louie, ya que conocía a este hombre y sus intenciones.
-¿Sucede algo? -preguntó curioso Archie.
-Ah... así que... este es el chico -comenta el hombre mientras se le acerca -él no parece la gran cosa a la verdad.
-Ya hemos cerrado, le pido de favor que se valla ahora -dice el señor Louie mientras encaraba esta situación.
-Muy bien, como usted diga... señor. Pero, recuerde que ella no estará complacida con su decisión -le responde mientras se disponía a salir del local.
-Hemos cerrado ya... y mañana no abriremos, déjenos descansar.
-Bien , nos vemos chico, adiós... Louie -dice el señor mientras se marcha del lugar con una mirada seria.
-¿Que fue todo eso, por qué no le atendimos? -pregunta un tanto alterado Archie -¿acaso es quien quiso comprar el local?
-Basta de preguntas mocoso, toma las cosas, que vamos a cerrar -contesta el señor Louie mientras se disponía a cerrar el local.

Al salir, ambos evitaron mirarse, tal parecía que esta situación había terminado y no se hablaría de ello, pero, aún el joven sentía curiosidad por lo sucedido, pero antes de siquiera pronunciar una palabra, alguien les interrumpe llegando donde ambos.
-¡Hola señor Louie, hola Archie! -dice muy enérgica la joven que llega corriendo donde ambos.
-¡Elena!... -contesta el anciano -¿cómo van esos estudios niña?
El señor Louie regunta mientras Archie solamente le saluda con su mano y una pequeña sonrisa, aún preocupado por lo sucedido anteriormente.
-Muy bien, gracias por preocuparse -contesta Elena -oiga señor... me preguntaba si... si Archie querrá venir con Leo, Maya y conmigo a comer algo.
-Pero claro que irá, él tiene mucha hambre -dice mientras Archie le mira apenado.
-No te preocupes Archie, el Burger va por nuestra cuenta -dijo mientras tomaba del antebrazo al chico.
-Nos vemos mañana Archie -sonriendo se despide de los jóvenes el señor mientras les veía irse.

Ambos jóvenes se dirigieron caminando al Burger con sus amigos mientras el anciano tomó rumbo en su auto a su hogar. La joven no dejaba de hablar y sonreír con Archie, se notaba la fuerte conexión que sentía esta chica por él. Al llegar al lugar, otros dos jóvenes les esperaban en la mesa, les saludan a Elena y Archie que acabando de llegar fueron directamente donde ellos y tomaron asiento.
-¿Ya ordenaron? -pregunta entusiasmada Elena
-Si, lo de siempre y una extra con papas para Archie -dice Leo mientras le mira dejando la carta -colega, has trabajado duro hoy.
-Y que lo digas, lo he visto repartir mensajería todo el día en la bici del señor Hugo -responde Maya.
-Gracias chicos... por todo -les responde Archie con la mirada gacha.
-Ni lo menciones -dice entre risas Leo, que sea una buena noche colega.

La comida llegó rápidamente y ellos compartieron de un hermoso momento entre más que amigos, un momento entre hermanos de crianza, aunque, pasados unos minutos, una oficial de la policía irrumpe en el local, y pregunta a los trabajadores por alguien llamado Archie, ellos, señalando la mesa donde estaban, veían como la oficial les interrumpía.
-Disculpen jóvenes... tú.. ¿eres Archie Lodhar? -dice mientras señala al joven Archie.
-Si soy... -responde este -¿hay algún problema oficial?
-Bueno... lamento informarte que... a las 20:18 horas de hoy, se encontró el cadáver de un hombre llamado John Louie Marx en su hogar, su esposa ya lo identificó ya que su cuerpo se encontraba desmembrado y desfigurado por completo. La decisión de su esposa... fue mandar a avisar a todos sus familiares y amigos... lo siento chico -dice la oficial dejando a un lado su informe.

Archie, quedó mudo en ese instante, con sus ojos fijos en un sólo punto... el informe del fallecimiento, y mientras su boca aún estaba llena, y su garganta dejaba de ingerir la hamburguesa que contenía en su mano temblorosa, y sin nada que decir... sus ojos tristes, comenzaron a derramar sus lágrimas de dolor.

Dying StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora