Querida Sugar Mommy I Jenlisa

Capítulo 7

—Bueno, parece que todo el mundo está aquí —Lisa fue la última en entrar en la habitación donde estaba reunido el resto de su familia: sus dos hermanas, su hermano, su madre y, por supuesto, la persona que los había reunido a todos, su padre— Es casi como Navidad.

—¿Quieres café, algo de comer, hija? —preguntó Chitthip, la madre de Lisa, acercándose a besar la mejilla de su hija, ignorando su comentario sarcástico. Para Chitthip, lo más emocionante era tener a todos sus hijos en casa al mismo tiempo, algo que sólo ocurría en Navidad o en celebraciones aisladas.

—Un café estará bien, madre. Comí en el avión, no tengo hambre —aseguró Lisa con dulzura, devolviendo el beso de su madre y sentándose después en el sillón para encontrarse con la mirada de su padre, el patriarca de la familia, Marco Manoban— Y ahora que estamos todos aquí, ¿qué pasa?

Marco esperó a que la sirvienta saliera de la habitación después de servir las bebidas que sus hijos habían pedido. Lo que estaba a punto de decir era algo que sólo ellos podrían escuchar y comprender por qué la aparición de Minnie hacía necesario aclarar las lagunas que quedaban de lo sucedido veinte años atrás.

—Tal vez Karina sea demasiado joven para recordarlo, y Bambam ni siquiera había nacido entonces, pero Celine y sobre todo tú, Lisa, deben recordar perfectamente lo que ocurrió con nuestra familia más cercana hace veinte años.

Lisa se tensó. ¿Cómo iba a olvidarlo, si tenía mejor relación con Yoona que con su propia hermana?

Celine podía ser su hermana de sangre, pero Yoona era sin duda su hermana del corazón. Y no sólo Lisa había perdido a su hermana y mejor amiga. Jisoo, su mejor amiga, también había perdido al amor de su vida, aunque ese amor no era correspondido, ya que técnicamente Yoona iba a casarse con otro hombre. Pero la abogada, en secreto, siempre la había amado, y Lisa sospechaba que aún la amaba y que nunca se recuperaría de su pérdida.

—Su muerte fue muy conveniente, ¿verdad, padre? Todos los viñedos, las tierras al otro lado del lago y las bodegas de Manoban pasaron a tu poder —Lisa no se contuvo cuando alguien mencionó a su prima y a su familia.

—¡Lisa! —exclamó su madre.

—No vuelvas a insinuar eso —le advirtió su hermana Celine.

—¡Pueden callarse todos, yo sí quiero saber! —aclaró Bambam, el menor de los hermanos— Se habla muy poco de ese asunto.

—Además, ¿por qué todos creen que fuimos nosotros? —preguntó Karina, también intrigada por el misterio con el que había crecido, sin entender mucho ya que entonces sólo tenía seis años.

—Si todos dejan de hablar, puedo explicarlo —aseguró Marco— Y Lisa, yo ni siquiera sabía nada del proceso del vino cuando ocurrió aquello. ¿Crees que si de verdad quisiera las bodegas hubiera contratado a un gerente con conocimientos?

—Siempre te ha gustado el poder —Lisa se encogió de hombros y se llevó la taza de café a los labios para dar un sorbo.

—Tengo una empresa farmacéutica reconocida en todo el mundo. ¿Crees que bodegas de los Manoban, que, aunque rentables, sólo se valoran en nuestro país, me dan más poder que la empresa farmacéutica? —Marco negó— Bueno, vayamos al grano.

Finalmente, el patriarca de los Manoban decidió ignorar a su hija. Encendió el televisor, que estaba conectado al portátil que tenía frente a él, sobre la mesa, y abrió una carpeta llamada 'Clasificados'.

—Verán, durante años he guardado todo lo relacionado con nuestros primos, lo sucedido, las pruebas aportadas y la resolución final del caso.

Una fotografía de sus primos apareció en la pantalla, era una de las últimas que se hicieron juntos.