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—¡Ayuda! —gritó, su voz resonando en el aire tenso. Los miembros del equipo se apresuraron a su lado, algunos llamando a emergencias, otros tratando de reanimar a Tn.Mientras varios técnicos intentaban evaluar su estado, Ichika se arrodilló junto a él, sosteniendo su mano. Su piel estaba fría y pálida, y su corazón latía con fuerza en su pecho. —Tn, por favor, despierta. Necesitas levantarte. —Su voz temblaba mientras la preocupación la consumía.
—¿Qué pasó? —preguntó su manager, corriendo hacia ellos, visiblemente alarmado. —¿Tn? ¿Puedes escucharme?
Tn abrió los ojos lentamente, parpadeando como si estuviera tratando de entender dónde estaba. —¿Qué... qué ocurrió? —murmuró, su voz apenas un susurro.
—Te desmayaste. Necesitamos que un médico te vea —respondió Ichika, su tono entrecortado por la ansiedad.
Tn intentó levantarse, pero su cuerpo parecía no responder. —No, estoy bien. Solo... creo que fue el cansancio. —Se esforzó por sonreír, pero el esfuerzo fue en vano.
El manager frunció el ceño, mirando a Tn con preocupación. —Esto no es normal. No puedes seguir ignorando tu salud. Necesitamos que te revisen.
A medida que la ambulancia llegó y los paramédicos se acercaron a evaluar a Tn, Ichika se sintió cada vez más impotente. Ella sabía que Tn estaba escondiendo algo, y el momento de la verdad parecía estar a la vuelta de la esquina. Los paramédicos revisaron sus signos vitales, intercambiando miradas que aumentaron su ansiedad.
—Todo parece estable, pero es mejor que lo llevemos a un hospital para una revisión más exhaustiva —dijo uno de ellos mientras ayudaban a Tn a levantarse.
Ichika se mantuvo a su lado mientras lo colocaban en la camilla. —Voy contigo, Tn. No te dejaré solo.
—No, Ichika... —comenzó él, pero su manager intervino.
—No discutas, Tn. Ella tiene razón. No te dejaremos solo. —Su voz era firme, mostrando la preocupación que todos sentían.
Una vez en el hospital, Ichika esperaba ansiosamente en la sala de espera, con el corazón en la garganta. Los minutos parecían horas. Finalmente, su manager se acercó a ella.
—He hablado con los médicos. Necesitamos que Tn se haga algunas pruebas. No puede seguir trabajando así —dijo, su rostro grave.
Ichika asintió, sintiendo una mezcla de alivio y temor. —¿Qué crees que le pasa?
—No lo sé, pero hay algo más. Me preocupa que Tn no esté siendo completamente honesto sobre su salud. —La preocupación en su voz era palpable.
—¿Crees que está ocultando algo? —Ichika frunció el ceño, recordando los momentos en que Tn parecía distante y cansado.
—Es posible. Y si es así, tenemos que hacerle entender que su salud es lo más importante, sin importar el trabajo.
La Revelación
Después de lo que pareció una eternidad, Tn finalmente salió de la sala de exámenes. Su rostro era una mezcla de agotamiento y una sombra de tristeza que hizo que Ichika sintiera un frío recorriendo su espalda.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Ichika, acercándose a él.
—Solo un poco cansado —respondió Tn, pero su voz sonaba menos convincente que antes.
El manager cruzó los brazos, mirando a Tn con seriedad. —Tn, necesitamos hablar sobre lo que está pasando contigo. No podemos permitir que sigas así.