Capítulo 1: Bendita calma

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Todo el mundo te dice "Disfruta del momento porque no se sabe qué puede pasar el día de mañana" y qué razón tienen... pero no te das cuenta hasta que ya es demasiado tarde.

Tofino, Isla de Vancouver, Canadá
2 semanas antes de la alineación planetaria.

—¿Está Nora lista? —preguntó mi amigo Luca como todas las mañanas antes de ir al instituto.

— ¡Nora, te buscan! — dijo mi madre con su encanto mañanero como de costumbre.

Bajé las escaleras rápidamente antes de que me hiciera cualquier comentario sobre mi ropa y pusimos rumbo al instituto.

— ¿Has visto la televisión estos días?

— No, ¿por qué lo dices? — fruncí el ceño con interés en su respuesta.

— Dicen que en 2 semanas va a haber una alineación planetaria que no se veía desde hace 50 años, podríamos ir a verlo a la colina del Parque de las Águilas.

— Guay — respondí sin darle mucha importancia.
Nos acercábamos al instituto, pero antes nos cruzamos al grupo de chulitos mononeuronales que siempre se meten con nosotros.

Seguimos caminando hasta entrar en el recinto del instituto y en ese momento empezaron los gritos...

— ¡Nora, tápate un poco más! —
Mi reacción fue corta y concisa, les saqué el dedo corazón y continuamos andando, pero ellos seguían gritando y metiéndose también con la sexualidad de Luca. Nada nuevo en el Tofino High School.

*Sonó la alarma*

— Hemos llegado justos — le dije a Luca sonriendo para quitar hierro al asunto porque estaba decaído por los comentarios que le habían dicho.

—Nos vemos luego que tengo matemáticas —me sonrió con los ojos decaídos y se dirigió hacia su clase.

Yo continué hasta mi taquilla, ya que me había dejado el horario y no sabía a qué aula tenía que ir.

— Nora, Nora, Nora... — me susurró Axel, un chico del grupo de chulitos pasando por al lado —. No sé a quién pretendes sorprender vistiendo así...

No le contestes, Nora, ignórale.

— ¿Qué pasa, tanto te impongo que no quieres responder?

— No hablo con personas que solo pretenden reírse de mí, yo visto cómo me da la gana y exclusivamente para mí, no para sorprender a nadie —le contesté cerrando la taquilla de un fuerte golpe, intentando no perder los nervios.

—Vale, Vale, tranquila...
Se fue riéndose y mirándome como si hubiera dicho una locura.

Después de aguantar a este ser humano, si es que se le puede llamar así, me fui a la planta de arriba que tocaba biología y me senté en mi asiento al final del aula dispuesta a morir del aburrimiento. La profesora entró y empezó la clase sobre la atmósfera y de cómo los seres humanos necesitamos de esta y sus componentes para poder vivir.

A la media hora no aguantaba más y cogí el móvil para entretenerme un rato. Me saltó la noticia de la alineación planetaria de la que me había hablado Luca.

"El fenómeno quincuagenario entre Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno que dejará al País en vela" —anunciaba el titular de la noticia.

— ¡Nora! — me gritó la profesora desde la pizarra con cara de enfurecida por verme con el móvil en las manos —. Creo recordar que los teléfonos están prohibidos en horario lectivo...
—Sí, perdóneme. Ha sido solo para ver la hora.

—Si fue solo para ese instante, entonces podrás mencionar en qué estructuras celulares se encuentran los receptores de oxígeno.

— Emmmm... —me quedé totalmente en blanco sin saber qué decir.

— ¡Eso me temía! Las mitocondrias, Nora. Las mitocondrias son las encargadas de la respiración celular y por ello le debemos todo a nuestra atmósfera que nos proporciona el oxígeno.
No quiero ver a nadie más con el móvil en clase.

*Volvió a sonar la alarma*

Menos mal, salvada por la campana... nunca mejor dicho. Cogí mis cosas y salí por la puerta evitando cruzar miradas con la profesora.
Miré el horario y tenía un hueco, así que aproveché y puse rumbo a la piscina. La natación siempre ha sido mi hobby favorito y mi momento de desconexión. Me cambié en los vestuarios y entonces escuché una conversación un tanto extraña: unas chicas estaban hablando acerca de la alineación planetaria.

— Sí, tía, mi abuela dijo que cuando ocurrió la última alineación hace 50 años murieron entre 20 y 30 personas por causas muy extrañas... No sé, yo por si acaso me quedaré encerrada en casa con mi gata —contaba una de ellas mientras las otras la miraban con cara de incredulidad y a punto de reírse en su cara.

Sinceramente no hice mucho caso, pues esa chica era conocida en el pueblo por hacer cosas sin sentido. Crucé todos los vestuarios ya cambiada y me dirigí a la piscina. Cuando estaba arriba de uno de los trampolines en el carril 4 me lancé al agua y empecé a nadar con una fuerza increíble como si me hubiera fusionado con el agua y pudiera teletransportarme en cuestión de microsegundos de un lado a otro del carril, sentía que mi cuerpo podía respirar bajo el agua y era excesivamente ligero, pero entonces se desvaneció todo.

— ¡Nora! ¡Nora!— me gritaba Luca mientras me sacudía sin parar de los hombros.
Entonces entré en razón y volví en sí.
— Dios mío, ¿qué ha pasado?
— Te has quedado con los ojos en blanco en el trampolín e ibas a caerte a la piscina pero al agarrarte no reaccionabas.

No podía creerlo. ¿Los largos que había hecho y toda esa velocidad inexplicable habían sido simplemente un producto de mi imaginación... parecía tan real. Cogí mis cosas, me cambié, me despedí de Luka y me dispuse a irme a mi casa a asimilar todo lo pasado, pero entonces me tenía que topar a las personas con las que menos ganas tenía de cruzarme y en el momento menos indicado... Sí, Axel y su grupito de gilipollas inmaduros.

— Mirad qué cara lleva nuestra Nora, parece que le han chupado la sangre de lo pálida que está — me exclamaron a carcajadas.

— Solo sabéis meteros con mi físico, parece que no tengáis cerebro, solo músculos — les grité mientras seguía mi camino hacia la puerta sin ánimo de concederles ninguna palabra más.

— Cuando quieras te enseño mis músculos — gritó el estúpido de Axel mientras todos le reían la gracia, lo ignoré como de costumbre.

Pasó toda la tarde y se hizo de noche, no podía parar de pensar en lo ocurrido en la piscina... No quería comentárselo a mis padres, pues mi abuela por parte de madre murió cruzando la autopista que va hacia la capital por accidente debido a que tuvo varios episodios de disociación de la realidad y nadie sabía qué le ocurría. Quise pensar que solo había sido un acontecimiento puntual por la falta de sueño y el cansancio, así que me acosté y cuando llevaba alrededor de 1 hora intentando dormir, volvió a ocurrir algo extraño; una voz me susurró al oído mi nombre, no podía moverme y solo se escuchaba un reloj de fondo como si de una cuenta atrás se tratara.

¿Qué me está pasando? ¿Me estoy volviendo loca como mi abuela?

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Hola queridos lectores!!! Hoy inicio mi primera historia en esta plataforma, tengo muchas ideas e ilusión por esta historia y espero que os encante tanto como a mi crearla. Aún queda todo un universo por descubrir y muchas emociones por desvelar.

Os agradecería que le deis amor a la historia para ayudarme a seguir y comentéis todo lo que os venga a la cabeza.

Nos vemos en próximos capítulos. <3
@IScribe

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