Ella escuchaba
Ella era el hombro en el que todos lloraban
Ella era la luz que los iluminaba
Pero nadie se enteraba
Que quería ser escuchada
Que necesitaba llorar y que secaran sus lágrimas
Que necesitaba una luz que iluminara la oscura batalla
En la que a sus demonios se enfrentaba.
Ella escribía versos rotos
En hojas viejas
Y unía los trozos
Con tinta negra.
Ella soltaba suspiros
Anhelando alegría
La alegría corría
Sin dejar despedida.
Ella mataba el tiempo
Tocando notas tristes,
Las notas gritaban
Lo que ella callaba,
Nadie se enteraba
De la tristeza que emanaban.
Ella era una pianista,
Fingiendo ser lista,
Lo suficiente
Para engañar a las personas
Que le devolvían la sonrisa.