Capítulo 21

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Aquino

25 de diciembre

-Mi familia es muy amable. No hay necesidad de estar nervioso -consoló a Duxo que miraba por la ventanilla del pasajero con el ceño fruncido. Su familia era amable, la mayoría de ellos. Había un único miembro de la familia al que temía conocer a Duxo, y afortunadamente su madre había confirmado que su tío no asistiría a la Navidad este año.

Su pobre amante ya estaba nervioso de por sí; no había necesidad de mencionar a un tío excéntrico que ni siquiera llegaría a la cena de Navidad esa noche. "¿Qué pasa si creen que no soy apto para estar contigo? Trabajo en una cafetería y tú eres cirujano. ¿Y si creen que voy detrás de tu dinero?" Los ojos de Duxo se abrieron de par en par y se preguntó qué otros pensamientos inquietantes pasaban por su cabeza.

"A mi familia no le importará lo que hagas ni quién seas. Eres el primer amante que he traído a casa. El único amante que he tenido y sé que mis padres te amarán. Me han estado preguntando sobre mi vida amorosa durante los últimos años. Estarán encantados de ver que estoy sentando cabeza". Solo podía imaginar la emoción de sus padres al conocer a Duxo; había mantenido su relación en secreto.

Sus padres pensaron que volvería a casa solo otra vez, e incluso si no les agradaba Duxo por alguna razón, él simplemente los eliminaría de su vida. Si no podían aceptar a Duxo, entonces tendrían que vivir sin él. "Está bien, confío en ti, ¿n-no me dejarás solo?" tartamudeó el mayor y se acercó para frotar el brazo de su novio con dulzura.

-Estaré a tu lado todo el tiempo, no te preocupes, amor. Lo harás genial. -Sonrió con confianza, creyendo realmente en sus palabras. Duxo lo haría increíble con su familia, si hubiera tenido alguna duda, nunca lo habría llevado a conocerlos.

-¿Ya casi llegamos? -Duxo le devolvió la sonrisa, su voz todavía estaba cargada de preocupación.

-Otra hora de viaje, pero la cena no es hasta las seis, así que pasaremos por mi casa para dejar el equipaje y refrescarnos antes de irnos. -Miró el reloj; tenían mucho tiempo que perder.
Con suerte, Duxo podría calmarse una vez que salieran del auto.

..

Llegaron a su casa poco más de una hora después y sólo les tomó unos minutos sacar las maletas del maletero de su coche. Ni él ni Duxo habían empacado mucho, aparte de ropa y cosas esenciales, no tenían mucho que llevar.

Duxo estaba guardando su ropa en la cómoda vacía de su dormitorio y entró cansado al baño. El trayecto siempre parecía más largo de lo que realmente era y se miró en el espejo contemplando las ojeras que tenía bajo los ojos. Parecían un poco más claras, debía ser por volver a casa todas las noches a dormir con Duxo. Ya no se quedaba despierto toda la noche en el trabajo; su madre definitivamente se iba alegrar de eso.

Después de lavarse la cara, salió y encontró una habitación vacía. ¿A dónde se había ido Duxo? "¿Duxo?", lo llamó, sin recibir respuesta. Suspiró y comenzó a mirar a su alrededor con la esperanza de que su pequeño no se hubiera ido a deprimirse. Solo quería crear un buen recuerdo con Duxo, no causarle estrés a su amante.

Cuando las primeras habitaciones quedaron vacías, se preocupó un poco, pero no duró mucho, ya que abrió la habitación que daba a su anterior sala de cirugía. Duxo estaba sentado en la cama de cirugía improvisada, con los ojos cerrados, como si estuviera perdido en sus pensamientos.

-Duxo-lo llamó, y este abrió lentamente los ojos.

-Estaba pensando -murmuró Duxo antes de poder cuestionar lo que estaba haciendo.

-¿Pensando en...? -preguntó, y se acercó, parándose entre las piernas abiertas de Duxo.

-En lo que has hecho aquí, en lo que vamos a hacer aquí.- Los ojos de Duxo brillaron con anticipación.

Atraccion Fatal - AquixoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora