Pierdo la cuenta de cuántas preguntas corren por mi mente, la cual solamente me da una o dos desalentadoras respuestas, si mi mente está conmigo todo el tiempo y sabe lo mal que la he pasado, ¿Por qué es tan dura conmigo? Si debería ser mi mayor apoyo, mi mejor amiga, ¿Por qué siempre termina haciéndome sentir como una miserable? No sé que hacer para llevarnos bien, he tratado todos los medios posibles, he meditado, ido al psicólogo, orado, incluso he consumido sustancias para que esté de buen humor por un rato, y de vez en cuando nos llevamos bien, conversamos y nos reímos, a veces hasta nos alagamos y me hace pensar que podría funcionar.
Podríamos tener una relación sana si no fuera por el hecho de que ante cualquier incertidumbre o inconveniente me hace querer vomitar, que me duela el estómago y la cabeza, me suden las manos y me tiemble el cuerpo, ¿Si ya sabe que la estoy pasando mal, por qué me hace sentir tan incómoda en mi propio cuerpo? Es como tener una relación tóxica donde muy de vez en cuando somos mejores amigas y de un instante a otro cambia completamente y soy la persona que más odia, no sé cómo luchar contra ella ni cómo hacer que no me afecten sus palabras, la música es la única medicina que hasta los momentos logra calmarla.He contemplado el suicidio incontables veces en mi vida, la primera vez fue a los doce años y no sabía por qué, no entendía aún pero me sentía tan fuera de lugar en todos lados, como si el único lugar al que perteneciera fueran los brazos de mi mamá, fuera de ahí me sentía como una impostora en todos lados, no encajaba.
Mi primer intento (obviamente) falló, no sentía miedo, solo quería que todo terminara de una vez, me sentía agotada y cansada. Tenía trece años, sentía que mi vida no tenía sentido y estaba siempre apática, estaba sola en casa, mamá trabajando y mi hermano mayor estudiando, sonaba Californication en un reproductor de Cd's viejo y encontré unos té's para dormir de mi mamá, me bebí alrededor de seis ingenuamente pensando que funcionaría como una pastilla para dormir, me acosté en el sillón a esperar, sentía calma y paz, quería que todo terminara de una vez.
Me desperté horas después con mi mamá llorando a mi lado preocupada, pensó que me había desmayado, no le conté nada y solo me levanté y la abracé, entonces sentí una calidez en mi pecho y en todo mi cuerpo que nunca antes había sentido, sentí como si me hubieran sacado todo el frío del alma y el corazón de golpe. Sentí que todo iba a estar bien.
Luego, a los quince sentí que volví a perder el rumbo, era una madrugada y estaba en mi cuarto dudando, sí o no, imaginaba a mi mamá despertando al día siguiente y viendo la horrible escena y se me partía el corazón, no podía dejar de llorar y sentía que me faltaba el aire, no quería hacerla pasar por un momento tan traumatico, ni a ella ni a mi hermano, mi papá, mi perrita, mis primas, mis amigas.
Pero algo no estaba bien conmigo, no tenía ese brillo por la vida que los demás sí, no sabía exactamente qué haría con mi vida al crecer, no tenía un plan ni un norte, porque no lo quería realmente, no quería vivir, no veía el sentido en trabajar toda tu vida por algo que al final te será arrebatado igualmente, así que tomé mi decisión.
Busqué la sábana más delgada que tenía y la saqué, la até a una especie de cabilla sobresaliente que estaba en la pared de mi cuarto e hice el nudo, moví mi cama y la usé como soporte, dejé un pie al vacío y sentí la sábana apretando mi garganta, seguía llorando sin parar, entonces solo un dedo me mantenía en el aire, sentí como mi lengua se volvió gigante dentro de mi boca y no podía respirar, se me nubló la vista y la imagen de mi mamá vino a mi mente, desesperadamente me sostuve en la pared y logré poner un pie sobre la cama y bajar, fue horrible y sentí mucho miedo, el silencio y la oscuridad me aterraron tanto que me quedé inmóvil sentada alrededor de una hora, tratando de asimilar lo que había pasado, el miedo a la incertidumbre me tenía paralizada, ¿Y si no fuera podido volver a tierra? Tantas preguntas corrían por mi mente desquiciada, me sentía como una egoísta malagradecida, había personas con vidas peores a la mía y yo no valoraba lo que tenía, no lo quería.
Entonces dormí y fingí que nada había pasado, guardé la sábana con el nudo hecho por años, me sentía incapaz de deshacer el nudo, me causaba terror.
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Octagono
Short StoryEs el mes de la prevención del suicidio, un mes muy importante que no debe ser tomado como algo sin importancia, todos debemos saber que este vasto mundo es un octagono lleno de infinidades de puertas y aunque no todos tengamos las mismas oportunida...