4 - Tragedia en la Final

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Bueno,

Finalmente Susan y Harry cruzan miradas, aunque la situación no es más que traumática.

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Persona hablando.

Persona pensado, destellos del pasado, y énfasis a la hora de hablar.

Hechizos y palabras de poder.

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1994, 6 de Agosto - Gales.

Susan suspiró temblorosamente mientras abría la puerta de su habitación en la tienda de campaña que habían rentado para la final de Quidditch. Ver cara a cara a su tía aún era algo difícil, especialmente cuando apenas terminaba de autocomplacerse.

Ella era una persona vergonzosa, y le costaba mucho actuar por debajo de la brújula moral en la que su tía la había educado. Y, si bien ella era una muchacha justa y correcta, masturbarse hasta el desmayo por un chico de fantasía haciéndole actos depravados era ir muy por debajo de las expectativas. Y hacerlo a las espaldas de su Tía, quien pudiera solucionarlo rápidamente, la hacía caer aún más bajo.

Pero su cordura ya había cruzado ese límite de no retorno luego de la segunda semana.

Inconscientemente, ella lo había aceptado tan profundo en su mente que su obsesión por Harry Potter se había transformado en una profunda atracción más allá del deseo carnal.

Él, sin que lo supiera, se había transformado en una línea de seguridad de un mundo retorcido. Y Susan se estaba preparando para pararse a su lado en el por venir.

Y, aunque ella todavía no podía reunir el coraje de enviarle una carta, se había estado preparando en sus estudios para ser de utilidad. Ella, de alguna manera, estaba segura de que él no le obligaría a ser una Ama de Casa de un Señorío Noble. Y eso la ponía algo feliz. Él llegaría lejos, de eso ella estaba segura. Quizás la conquista no fuera una mala idea, y con ella a su lado, nada sería imposible.

Harry Potter sería la voluntad, y ella su varita ejecutora. Ella sabía que si él pedía Avalon, ella se las ingeniaría para traer la patria a sus pies.

Era desagradable y preocupante. Era tan tenebrosamente similar al Señor Oscuro y su mano derecha Lestrange que le daba escalofríos de solo pensarlo. Fue Bellatrix quien se había robado la vida de su padre, mientras Yaxley violaba y degollaba a su madre.

Había sido difícil aceptar esta misión divina. Pero esta era la voluntad de la magia, ¿Verdad? Si Harry Potter quería ser un rey, ella estaría a su lado, abrazándolo y besándolo todo el camino hasta la cima.

Por ello, con su libro sobre pociones avanzadas salió de su habitación para encontrarse con su tía.

Amelia Bones era una mujer alta, esbelta, y que apenas estaba mostrando destellos de su edad. Tenía el cabello de rojo sangre de los Bones, y la diferencia principalmente entre ambas era el color de ojos. Si uno mirara a Amelia, rápidamente podría asegurar que Susan se estaba terminando de convertir en una belleza despampanante y que solo mejoraría con la edad.

La mujer mayor miró las manos de su sobrina con un ceño fruncido. Hacía un mes Susan había comenzado a actuar de manera extraña. Su sobrina desaparecía en algunos momentos del día, y hacía poco había comenzado a estudiar todo tipo de magia avanzada. Principalmente, magia de soporte, como si estuviera intentando formar parte de una escuadra de Hit-Wizards.

"No piensas llevar el libro, ¿verdad?" Preguntó ella. Susan miró el tomo indecisamente, a lo que Amelia puso los ojos en blanco. "Sé que debería estar feliz de que por fin tomes tus estudios seriamente." Comenzó suavemente, mientras su sobrina miraba al suelo de manera avergonzada. "Pero es extraño y, bueno, estamos en la final internacional de Quidditch."

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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Una Danza de Ira HeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora