SEÑOR KIM [JIMJIN]

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Jimin se había despertado ansioso, algo nervioso e inquieto, esperaba consegir el trabajo ya que así podría sustentar su nada barata vida, y no es que fuera un tipo de cosas lujosas lo único realmente caro que tenía era a su alaskan que había costado un ojo de la cara, en realidad se refería a que todo era caro y más cuando las facturas y cuentas se amontonan.

Entre suspiros seco su cabello húmedo por el baño que acababa de darse y divisó el traje sobre la cama, desde que había estado trabajando en un restaurante cinco estrellas no se ponía uno. Jungkook entro a la habitación y lo miro de arriba abajo.

— Llevará un tiempo.— murmuró.— cubrire solo los que están a la vista, cuello, mano derecha y brazos.

Jimin asintió y se sentó en la cama para que su amigo iniciará el trabajo de cubrir sus tatuajes, la mayoría vienen de su alborotada adolescencia, y les seguro de que no se los abría hecho si hubiese sabido que se quería dedicar a los negocios.

Finalizado el trabajo se puso el traje mientras Jungkook le hablaba sobre una sesión de fotos próxima, se miro en el espejo y sonrió.

— Te deseo suerte hyung.— Jungkook le soltó una nalgada y un beso en la mejilla antes de arrastrarlo a la sala tomar su maletin.

Miro la foto que tenía de su único amor Kim SeokJin y sonrió.

— Desea me suerte bonito.— lanzo un beso y se fue dejando a kook con colmillo tirados en el sofá.

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Frente al imponente edificio Jimin sentía que se le salía el corazón, su lobo se removía inquieto como si buscara algo, había un ligero olor a licor del bueno y embriagador que por un segundo lo dejo aturdido, agito la cabeza y entro yendo directo a la recepción donde una beta dónde dio sus datos y lo llevaron a el último piso del gran edificio.

Al salir del ascensor distinguió las oficinas y en el medio de toda había una que decía CEO KIM. También noto a los cuatro alfas y dos omegas que estaban allí sentados suponía que venían también para la entrevista.

— Siéntate allí en un momento te llamarán.

La chica le pidió su folio con los datos que habían pedido y entro en la oficina para después salir y despedirse de ellos, los minutos pasaban lentamente, vio a tres de esos alfas salir hechos fieras y a uno lo sacaron los de seguridad.

Su estómago estaba revuelto por el sin fin de olores, tubo que alejarse varias veces para poder tomar aire limpio, Lo del los alfas había sido impactante pero los más impactante fueron los omegas que habían salido llorando de la oficina, el último habia mal decido mientras corría cómo si su vida dependiera de ello.

Había un beta pero este ni bien había terminado de entrar cuando ya se había ido, solo quedaba el.

— Siguiente.— llamo una voz grave desde adentró, suspiro y se arregló el traje ingresando a la oficina con algo de nervios.