𝗩𝗜𝗢𝗟𝗘𝗡𝗧𝗢𝗠𝗘𝗧𝗥𝗢 -𝗧𝘀𝘂𝗴𝗶𝗸𝘂𝗻𝗶'𝘀 𝗯𝗿𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿𝘀-

16 "Michikatsu"

Se derrumbo en el sofá al llegar a su "hogar" sollozando fuertemente. Diciendo disculpas incoherentes, se sentía como la peor persona del mundo.

"Había abusado de su pareja"

Era una mierda de persona. Igual que "el" recordar el simple hecho de su nombre le provocaba pesadillas. Y ahora ya no tenía a quien abrazar cuando pasarán.

Kokushibou agarro su teléfono sus ojos llorosos no lo dejaban ver, pero podía ver como Muzan lo bloqueo de todos los lados. Apagó su teléfono, llendo a su habitación. Estaba como la había dejado. Se tumbo en la cama abrazando las sabanas con dolor. Extrañaba a Muzan.

Demasiado.

...

Los días pasaban y Michikatsu estaba cada vez más paranoico. Y la razón? Mensajes de un mismo número. El sabía que podría ser algo de coincidencia pero algo en su cerebro no le dejaba estar tranquilo. A veces en las noches se sentía vigilado lo cual le provocó una desmedida de sueño. Kokushibou a veces se quedaba despierto para ver si Muzan intentaba hacer contacto con el.. Siempre una taza de café le acompañaba en esas noches, en las que terminaba llorando al ver que no había efecto.

Kokushibou poco a poco su estado iba decayendo, tomar pastillas para dormir no era lo más saludable. Pero era lo más efectivo.

Olvidar a Muzan era imposible, siempre que observaba la Sala no podía olvidar lo que obligó a hacer. Lo cual lo ponía terrible.

...

Vio el mensaje de "el" había mandado,
bloqueado su número demasiadas veces y apenas era medio día. No pensó en contestar el mensaje. Dejando el teléfono en el sofá. Pero una notificación le llamó la atención. Sonrió al ver de quien se trataba.

Nakime

"<[Holaa koku, hace mucho tiempo que no hablamos y pues quisiera que nos viéramos un poco ;-) ]"

Sonrió débilmente. Se alegraba que mínimo no estaba tan solo.

[Hola Nakime, claro que con gusto te acompaño, me gustaría hablar también.]>

"

<[¡Entonces nos vemos en el café cercano, te estaré esperando ahí! :P]"

Kokushibou suspiro tranquilo decidiendo levantarse de su sofá, moviéndose a su armario decidiendo un conjunto cómodo. Tomó las llaves de su casa y salió de esta decidiendo empezar a ir al lugar..

"Mientras no estuviera en su casa se sentía bien"

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Kokushibou llegó al café y vio a Nakime ya esperándolo en una de las mesas cerca de la ventana. Ella sonrió al verlo entrar, y su expresión cálida le trajo un alivio momentáneo. Después de lo que había estado pasando, ver a Nakime siempre lograba calmarlo un poco.

-Koku, ¡qué gusto verte! -dijo Nakime cuando él se sentó frente a ella-. Pareces cansado... ¿todo está bien?

Él sonrió débilmente, pero no pudo ocultar el peso en sus ojos.

-Estoy... bien, Nakime. Pero nada es lo mismo últimamente -murmuró, mirando sus manos nerviosas sobre la mesa.

Nakime lo observó con preocupación, notando cómo su amigo parecía más frágil y abatido que la última vez que lo había visto.

-Sé que no hemos hablado mucho, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, Koku. No tienes que lidiar con esto solo. Sé que... lo de Muzan no fue fácil. Me enteré de lo que pasó entre ustedes.

Kokushibou sintió cómo su cuerpo se tensaba al escuchar el nombre de Muzan. Cerró los ojos brevemente, tratando de mantener la compostura, pero las emociones lo sobrecargaban.