Capitulo 22

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Ta se despertó lentamente, sintiendo el suave roce de las sábanas contra su piel.

A medida que sus ojos se abrían, se dio cuenta de que estaba enredado entre Apo y Mile, los cuales habían caído en un profundo sueño durante la noche.

Los brazos de Apo rodeaban su cintura con ternura, mientras que el cuerpo de Mile estaba pegado a él, buscando calor.

Ta estiró los brazos y lentamente apartó el cuerpo de ambos, haciendo un esfuerzo consciente para no despertarlos. Soltó un bostezo amplio, que pareció resonar en la tranquila habitación.

Mile, en un acto involuntario de búsqueda de calor, murmuró algo incoherente mientras apretaba aún más su cuerpo contra Ta.

Tengo frío...- murmuró con voz somnolienta, lo que hizo que Ta sonriera suavemente.

Ta podía sentir el frío en la piel de Mile y entendía la necesidad de cercanía de su compañero.

Aunque estaba acostumbrado a estos pequeños momentos de intimidad, siempre le resultaba tierno ver cuán vulnerable era Mile en esos instantes. Era como un cachorro mimado

Ta se movió con cuidado para zafarse del abrazo de Mile. El movimiento fue sutil, pero lo suficientemente firme como para no perturbar el sueño de sus compañeros.

Se estiró un poco más, su cuerpo aún adormilado pero dispuesto a empezar el día.

Con un gesto final, se liberó del apretado abrazo y se deslizó fuera de la cama.

Su piel desnuda se sintió fría al contacto con el aire de la habitación, y el frío matutino le hizo estremecerse levemente.

Caminó hacia el baño, el piso frío bajo sus pies descalzos. Abrió la puerta del baño y entró en el pequeño espacio, iluminado suavemente por una luz cálida.

Se acercó al lavabo y comenzó a lavarse la cara, sintiendo cómo el agua fría lo revitalizaba.

Mientras frotaba su rostro con una toalla suave, sus pensamientos se dirigieron a las tareas del día. Se cepilló los dientes con cuidado, observando su reflejo en el espejo mientras lo hacía.

La imagen de él, despeinado y aún medio dormido, le hizo sonreír. A pesar de la rutina matutina, siempre encontraba una extraña tranquilidad en esos momentos.

Al salir del baño, Ta se encontró con la misma escena que había dejado antes. Apo y Mile seguían profundamente dormidos en la cama, sus cuerpos entrelazados en una imagen de paz y serenidad.

Ta se quedó allí un momento, observando con una sonrisa en el rostro.

Era un recuerdo simple pero significativo, y cada vez que lo veía, sentía una oleada de afecto por sus alfas.

La calidez de esos momentos contrastaba con el frío de la mañana y le recordaba lo importante que era para él.

Decidió no perturbar la calma de la habitación y salió silenciosamente. El pasillo que llevaba a la cocina estaba tranquilo, y la luz matutina apenas comenzaba a filtrarse a través de las ventanas.

Mientras caminaba hacia la cocina, su mente se centró en qué podría preparar para el desayuno.

Sabía que a Mile le encantaban los panqueques esponjosos y a Apo le gustaban las frutas frescas.

Pensó en cómo podría preparar algo que les agrade a ambos, algo que les hiciera empezar el día con energía.

La cocina estaba todavía en penumbra, pero Ta encendió las luces y comenzó a sacar los ingredientes del refrigerador.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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